Es una frase recurrente asegurar que el fútbol es un estado de ánimo. Sin embargo, no por reiterativa deja de ser verdad. En el Almería han cambiado muchas cosas desde la salida de Fernando Soriano del banquillo hace ahora cinco semanas, empezando por los resultados, con tres victorias, un empate y una derrota para dejar de ser colista, pero sobre todo ha aumentado la confianza y la seguridad de una plantilla que tiene mejores jugadores que los que ha reflejado su precaria situación en la tabla durante la inmensa mayoría de la temporada, donde ha sido inquilino de unos puestos de descenso de los que ahora busca salir. De hecho, solo en seis jornadas de las 32 ya disputadas ha estado fuera de la zona de peligro.

No es que Fran Fernández, técnico interino que dio el salto provisional desde el filial, y Luis Miguel Ramis, entrenador las tres últimas jornadas, hayan cambiado muchas cosas en lo táctico o en los entrenamientos, en el día a día. A saber: Ximo ha pasado del lateral al eje de la zaga, el equipo muestra mayor capacidad defensiva con la mejoría de Morcillo y el buen nivel de Motta y Nano en los laterales, la apuesta por juntar en Tarragona en el último partido a Uche con Quique funcionó bien y pocos retoques más.

Colistas y golpe de timón

La mejoría es, sobre todo, anímica y el Almería, tras sumar 10 puntos de 15 desde la salida de Soriano, vuelve a creer en la permanencia cuando todo parecía un imposible tras la derrota ante el UCAM en casa que dejó al equipo colista, con 25 puntos en 27 partidos, y provocó que el presidente de la entidad, Alfonso García, diera un brusco golpe de timón con el despido de Soriano y de Andrés Fernández, jefe de la Comisión Deportiva para que Raúl Lozano fuera el nuevo director deportivo.

Soriano fue el artífice de la permanencia del Almería el curso pasado en las cuatro últimas jornadas cuando pasó del césped al banquillo sin transición en esa etapa. El club almeriense lo mantuvo en el puesto y esa falta de escala intermedia la pagó el zaragozano en esta temporada. Sori hizo su guardia pretoriana con sus jugadores de confianza (Corona, Trujillo, Fran Vélez…), pero no logró que el Almería funcionase como equipo y los malos resultados fueron viciando el ambiente del vestuario. No es que el técnico y el grupo se distanciaran, pero está claro que el exzaragocista pagó caro ser casi uno más de la plantilla por esa ausencia de un escalón desde que colgó las botas para coger la pizarra y llevar a muchos jugadores que antes eran sus compañeros. David Generelo, ahora segundo del filial zaragocista, puede hablar de eso también tras lo que vivió en el Oviedo hace un año.

Tras la salida de Soriano, al que Alfonso García mantuvo en el puesto muchas jornadas contra viento y marea pese a la clara caída del equipo, Fran Fernández fue el elegido mientras Lozano buscaba entrenador. Una victoria en Lugo y un empate en casa contra el Huesca con el preparador del filial ya despertaron síntomas de remontada que se han confirmado con Ramis, que debutó con una inmerecida derrota ante el líder Levante y que ha sumado después dos triunfos, ante el Alcorcón y el Nástic.

Buena entrada hoy

El Almería respira y ve la salvación más cerca que nunca en este curso, donde sumó muchos méritos para irse a Segunda B, una tragedia no tan grande como la que viviría el Zaragoza, pero sí un buen golpe para el club almeriense, que ahora sí cree de verdad y por fin en poderlo evitar. De hecho, también la afición vuelve a tener fe y para el partido de esta tarde ante el Zaragoza se espera la mejor entrada del curso, lo que no es difícil, dado que el Almería ha tenido una media de asistencia al Estadio de los Juegos del Mediterráneo de unos 8.000 espectadores en lo que va de temporada.