Las palabras de Natxo González el jueves en la previa del partido ante el Reus parecieron anticipar la penitencia para Jorge Pombo, a quien el fútbol se le ha puesto cuesta arriba en las últimas jornadas. No marca desde el doblete de Soria y en los dos últimos partidos en casa el técnico lo cambió antes de que se cumpliera la hora de juego. Pareció que el día último ante el Almería el zaragozano se quedaría en el banquillo, pero el entrenador vitoriano lo sostuvo en el once. Cinco días después explicó lo siguiente: «Pombo tuvo dos o tres semanas que lo metía todo. No está bien ofensivamente, pero está haciendo otras cosas. Estoy contento, aunque es verdad que ha bajado su rendimiento en las últimas semanas», dijo el preparador abriendo la puerta a la duda. 30 horas después daba la alineación con Gaizka Toquero como titular y Jorge Pombo en el banquillo.

El bajón del aragonés ha permitido la rehabilitación completa del delantero vasco, que no había sido titular desde el 16 de diciembre en Albacete. Una seria lesión en el cuádriceps lo tumbó la víspera de Reyes. 72 días después reapareció en Pamplona para dar un precioso pase de gol a Borja. Le faltaba aún tiempo para poder rendir un partido desde el inicio, advirtió su entrenador, que le ha ido dando minutos en los tres últimos encuentros en casa.

Se entiende que en Reus se cruzaron los opuestos caminos de ambos jugadores. Jorge es menos Pombo, Gaizka vuelve a parecerse a Toquero. Lo hará más aún si está cerca del gol, donde lo necesita el Zaragoza. Marcó al Reus en posición de rematador, y unos días antes había ganado un buen balón aéreo que Borja acabó convirtiendo en triunfo. El gol fácil que se negó en la tarde del derbi ante el Huesca volvió en tierras tarraconenses.

Natxo González recupera una alternativa fiable, sobre todo distinta, si Toquero es capaz de aportar al menos una parte de lo que se entendió cuando se decidió su fichaje. Las alternativas, bien pensado, están reducidas. A Papu lo ve más adecuado para el vértice alto del rombo, y Vinícius hace semanas que está desaparecido, seguramente desconectado. Lleva siete partidos sin jugar ni un solo minuto y no es titular desde la jornada 21. De Pombo ya se sabe, aunque en su caso sí le da opciones para jugar cerca de Borja. Mejor dicho, le da casi todas sus posibilidades ahí: «La posición ideal de Pombo es en la que está jugando ahora mismo, donde más rendimiento se le puede sacar», dijo el jueves Natxo González, que también ha encapotado a otros como Febas en las últimas semanas.

Queda claro, en cualquier caso, que el Zaragoza necesitará del mejor Toquero en el mes largo que queda y en la supuesta promoción de ascenso. Precisa de su espíritu guerrero, de su capacidad para el combate aéreo, de su experiencia en días importantes, de su gol. Solo lleva cuatro desde que aterrizó en el Zaragoza, una mala cifra, extraña, después de haber jugado 1.270 minutos. Le sale a un gol de media por cada 317 minutos. Una menudencia en Segunda División para un delantero de su currículo. Quizá la diana de Reus recupere la versión que se espera de él en Zaragoza: «Me sentí muy bien, rápido y con confianza. El gol siempre cambia. Un delantero, cuando mete gol, se encuentra mejor», dijo el viernes. Mejor que cambie. Mejor para él, mejor para el Zaragoza.