En la mañana de este miércoles Cristian Álvarez ha vuelto a ejercitarse con el resto de sus compañeros y, si no hay contratiempo, estará disponible para jugar el lunes contra el Alcorcón en La Romareda. En su ausencia, dos partidos, victoria en Málaga por 1-2 y empate en Sabadell a un tanto, Álvaro Ratón ha hecho su trabajo con pulcritud, ha guardado la portería con un nivel notable y, más allá de alguna pequeña indecisión por alto, ha protagonizado varias intervenciones de mérito.

En las ocasiones más cercanas en el tiempo en las que le había tocado jugar, el guardameta gallego no había estado bien. Inseguro, desubicado y sin confianza, el propio Ratón había interiorizado la situación y, fruto de ello, había solicitado una salida en enero en busca de la seguridad perdida. Llegó a viajar a Tarragona para fichar por el Nástic de Segunda B pero los problemas con René frenaron definitivamente su salida. Ahora, el destino le ha vuelto a poner a prueba y esta vez su respuesta ha estado más acorde con lo que ha sido su trayectoria de cinco temporadas en el club.

Un buen suplente, capaz de hacer que el portero titular trabaje diariamente al máximo nivel, habilitado para rendir cuando se le requiere y capaz de asumir su rol en la estructura sin malas palabras, con profesionalidad y sabiendo cuál es la esfera y el lugar desde el que le corresponde sumar. Con Ratón bajo palos, el Real Zaragoza ha ganado seis de doce partidos fuera de casa. La vida deportiva ha colocado a Álvaro como cabeza de ratón, en un contexto secundario, pero en su larga etapa en el equipo se ha comportado como un buen león en numerosas ocasiones.