"Al 2005 le pediría la PlayStation, pero ya la tengo. Así que...". Cani nunca dejó de bromear en los malos momentos, cuando las toneladas de talento que tiene su fútbol no fluían como lo hicieron el miércoles en Riazor. Allí, en un escenario magnífico y en un momento crucial, sacó todo su ángel para rescatar al equipo y a sí mismo con una actuación magistral, con un gol de perfecta vaselina sobre Molina y una asistencia a Villa en la que también volvió a elevar el balón por encima de la cabeza del portero deportivista. "Es mi mejor momento en Primera División, mi mejor partido. He tenido otros buenos, pero no con un gol y una asistencia. Eso siempre marca mucho", añadió.

Eso sí, conserva los pies en el suelo. Ya no es aquel Niño que protagonizó el ascenso del Zaragoza con una meteórica aparición en Oviedo que tuvo su continuidad hasta que el equipo recuperó su puesto entre la élite, pero que sufrió un parón desde entonces. Cani es un futbolista diferente, genial, pero su progresión no llegó con su aterrizaje en Primera. Ahora, todo puede ser diferente a partir de Riazor: "Con esto no me quito la espina, lo haré si meto diez o doce goles. Si se queda sólo en el partido de La Coruña, no haríamos nada. Tiene que ser muchos domingos seguidos", recalcó el jugador de la cantera zaragocista, aunque después sí reconoció con una media sonrisa que ese gran partido ante el Deportivo "es un alivio para las Navidades. Lo necesitaba y en el plano individual me va a venir muy bien. Además, si el equipo hubiera hecho otro partido malo no habría salido de casa en estas fiestas...", bromeó.

SIN APENAS DORMIR Tanto necesitaba esa buena actuación que apenas pudo descansar tras llegar de La Coruña. No acostumbra a revisar su actuación en un encuentro, pero en la madrugada del jueves se animó a poner el vídeo y ver el resumen del partido. "Otras veces lo he pasado mal viendo las imágenes, ahora voy a disfrutar un poco", se dijo.

A esas altas horas de la noche, pudo contemplar su obra de arte en el primer gol, una vaselina desde la frontal que superó por alto a Molina, adelantado, y que salió de sus botas como todo en su fútbol, por pura intuición. "No habíamos hablado que Molina jugaba adelantado. Fue una acción rápida y no pensé, pero si no llega a salir y se queda en la portería le habría ido a las manos y se hubiera reído él", aseveró. También analizó con detenimiento y con el vídeo la jugada del tercer gol, que regaló en bandeja a Villa, aunque "aún no sé si fui a centrar, a disparar o a ambas cosas a la vez".

LA RESPUESTA DE LA AFICION Cani ya mejoró mucho sus prestaciones en el Jan Breydel de Brujas hace ocho días y el miércoles se salió ante el Deportivo. La grada, o más bien un sector de ella, le ha pitado en más de una ocasión, ¿le mirará ahora de otra manera? "Es la pregunta del millón. Yo tengo claro que voy a intentar seguir jugando igual y que cada uno haga lo que quiera. La verdad es que al principio igual me influían más los pitos, pero al final me he acostumbrado".

No quiere darle vueltas a ese tema. Se queda con su gran partido y con la moral que se ha reforzado en el Zaragoza, "porque si a mí me vino bien, al equipo, mucho mejor. Necesitábamos ese triunfo como el comer y ojalá sea el inicio de una muy buena racha después de las vacaciones", aseveró.

Tras ese parón por el descanso de Navidad iniciará el año en lo futbolístico y, dado que ya tiene la play , no dudó a la hora de establecer sus deseos para el 2005. "Ante todo salud, porque es lo más importante, ya que cuando he estado lesionado lo he pasado muy mal. No estaría mal que mi juego siguiera como en Riazor y marcando goles, pero lo fundamental es que tenga regularidad. Hasta ahora, por unas cosas o por otras, en pocos momentos la he tenido", concluyó.