La carta de presentación del Albacete en su duelo ante el Real Zaragoza es envidiable. El cuadro manchego es, junto a Las Palmas, el único equipo que permanece invicto en Liga. Las tres victorias y tres empates obtenidos hasta el momento avalan su candidatura a ser uno de los rivales más exigentes de la categoría.

Los arranques son uno de los momentos más duros de la temporada de un equipo. Todos buscan sumar la mayor cantidad de puntos posible para llegar a la zona alta de la tabla o, algunos, para alejarse del borde del precipicio en las jornadas iniciales, en esas en las que se pierden Ligas. Los primeros resultados cosechados por el Albacete son de lo más prometedores. Al vencer a Córdoba (3-0), Reus (1-2) y Mallorca (1-3), y las tablas ante complicados clubs como el Deportivo de La Coruña (1-1), Las Palmas (1-1) y Cádiz (1-1), se sitúa, provisionalmente, en la tercera posición de la clasificación con 12 puntos.

Es un buen momento para el conjunto que dirige Luis Miguel Ramis. Su buen rendimiento le ha abierto las puertas de la historia del club, siendo el mejor comienzo liguero que el Albacete ha realizado, en cuanto a resultados, en Segunda División. El baremo de puntos coincide con el de la campaña 2006-07 en la misma jornada, temporada en la que acabaron sextos en Liga, pero con una diferencia. Aquel año los manchegos disputaron el séptimo compromiso con dos derrotas en su casillero, mientras que hoy llegan como invictos a su duelo ante el equipo blanquillo.

Si se comparan los arranques de sus periplos en la categoría de plata, el Albacete se ha caracterizado por tener rendimientos irregulares. En los últimos 20 años el equipo ha jugado 16 temporadas en Segunda, y solo en 4 ocasiones, contando la actual campaña, ha alcanzado la doble cifra de puntos en las primeras seis jornadas. En ese cómputo de temporadas en la categoría de plata también se refleja el peor inicio liguero de la entidad. Cinco derrotas y un empate en la temporada 2007-08. Un único punto que lo mantuvo en la zona baja de la clasificación durante varias jornadas. Finalmente, después de la destitución de Quique Hernández, su sustituto, Máximo Hernández dio con la fórmula para remediar la situación y alcanzar la decimoquinta plaza.

Los altibajos del Albacete en Liga fueron su seña de identidad en estas últimas temporadas. Solo hay una variante que juega a favor del cuadro manchego: el Carlos Belmonte. No han cosechado durante estos años un nivel de victorias en casa que permita descorchar el champán, pero el calor de la afición mejora la salud de los jugadores locales.

A pesar de tener accidentes, algunos de ellos graves, como la derrota por 0-3 con el Córdoba en la jornada 2 de la pasada temporada, el equipo suele cuajar resultados que le permiten puntuar y estar en la mitad de tabla a final de curso.

Este año es diferente, y el propio Córdoba lo pudo comprobar en el tercer partido de la temporada. La venganza albaceteña se consumó, presisamente, con un 3-0, con goles de Eugeni, José Antonio Caro y Zozulia.

El Real Zaragoza es el próximo en visitar el Belmonte. El cuadro de Idiakez debe andar con pies de plomo en un campo donde, por ahora, hay que sudar mucho para ganar.