Cayeron algunas gotas de lluvia minutos antes, pero ya en los prolegómenos del partido de Aspanoa, el sol se invitó de principio a fin a una jornada festiva, solidaria, emotiva y ejemplar. Pese a que el tiempo no aseguraba una mañana apacible, de repente se iluminó La Romareda con 18.000 personas entregadas a una causa, meterle un gol al cáncer con la aportación de su entrada (se han vendido 25.000). Un domingo especial que la sociedad aragonesa tiene señalado en su calendario con el rótulo del compromiso, un día para ver un encuentro de fútbol de veteranos en muy buen estado de forma cuya función es divertir a los asistentes, pero que en el fondo y con meridiana nitidez supone un ejercicio sobresaliente de solidaridad.

Los jugadores del Real Zaragoza y las Leyendas de la Selección Española, que terminaron imponiéndose con dos goles de Catanha (2-0), ofrecieron un espectáculo atractivo por lo que supone rescatar de la memoria, en vivo y en directo, a auténticos icónos del pasado zaragocista como Aguado, Cedrún, Lafita, Cani, Láinez, Juan Carlos o Paredes y a estrellas de perfil internacional como Milla, Romero, Ricardo, Roberto, Donato, Catanha, Engonga, Juanfran o el Lobo Carrasco... Fueron la estrellas sobre el césped, en los selfies de los aficionados, a quienes dedicaron cariño y atención siempre que eran reclamados. Sin embargo, los auténticos protagonistas, quienes conquistaron una vez más el corazón del público, son esos niños enfermos de cáncer a los que Aspanoa acoge en su seno y regala este domingo de noviembre para recaudar el mayor capital posible. Una cantidad para la investigación, para procurar que los pequeños y sus familias tengan la mejor calidad de vida. Para que no renuncien a la felicidad.

La liturgia, como en cada edición, se cumplió puntual en una mañana bañada de luz de estrellas, llena hasta la bandera de admiración en las gradas y rociada por el sol incombustible de Aspanoa y sus niños.