Toda defensa que se precie de un buen funcionamiento debe tener un mariscal de campo, el jugador con dotes de mando y que continuamente está dando órdenes a sus compañeros, un futbolista muy valioso para cualquier entrenador, también para Víctor, que ya dibuja ese perfil en el Pichu Atienza, un central que conoce bien la Segunda, que sabe los códigos del otro futbol y que está siempre atento en las marcas y para corregir y mandar a sus compañeros.

El desarrollo de la competición y también la adaptación de Atienza a la nueva realidad que supone para él llegar a un club con la exigencia y la presión que implica el Zaragoza marcarán la importancia que tendrá el central cordobés, pero en estos primeros compases de pretemporada ya se anuncia que será mucha, ya que parece contar con el rol de titular atrás junto con Guitián, cuando este se recupere completamente tras su reciente operación de apendicitis.

Además de la capacidad aérea que tiene el jugador, un valor fundamental en esta Segunda y más en el Zaragoza, al que tanto penalizaron la temporada pasada las jugadas de estrategia, también posee una salida de balón aseada, aunque sufre con la velocidad de los rivales a campo abierto. Pero a esas características ya conocidas, Víctor está confirmando que en Atienza tiene un futbolista importante para mantener la cohesión del equipo en el césped, un jugador que no se calla a la hora de repartir instrucciones y que apunta a tener un peso específico importante en el vestuario.

APUESTA FUERTE

Por Atienza, que ha jugado 111 de los últimos 126 partidos en Segunda en las tres últimas temporadas, entre el Reus y el Numancia, el Zaragoza acordó con el club soriano un traspaso de 450.000 euros a pagar en tres años, una inversión fuerte que el futbolista espera justificar con su rendimiento sobre el césped.