Con dos niñas de corta edad y su esposa pasa el Pichu Atienza su confinamiento en Zaragoza, a la espera de que la pandemia del coronavirus remita y se pueda reanudar la competición: “Por supuesto que hay muchas ganas de volver a la competición, de regresar a nuestro estadio y con nuestra gente. Estoy seguro de que pronto nos veremos y estaremos celebrando algo muy grande en esta temporada”, asegura el central cordobés del Real Zaragoza, indiscutible en la zaga para Víctor Fernández en este curso: “La vuelta a la competición va a ser extraña, no sé si como un debut, pero lo cogeremos con muchas más ganas que otros años. La dinámica era buenísima, estábamos en el mejor momento y ha sido una pena este parón”, se lamenta, recordando que el equipo zaragocista marchaba segundo, en ascenso directo, y sin haber perdido en el 2020 ni en la segunda vuelta.

De momento, en la tercera semana de confinamiento en casa, a la plantilla zaragocista no le queda otra que mantener la actividad que han organizado los preparadores físicos, con dos sesiones diarias de trabajo en sus domicilios, una de fuerza y otra de resistencia. “Hay que adaptarse a ese entrenamiento, entender que ahora toca esto. El club nos ha facilitado muchas cosas y hay que hacer el entrenamiento más estricto que nunca porque no sabes qué día vas a volver y tenemos que estar lo más preparados posible”. En todo caso, a falta de 11 jornadas por disputarse en Segunda y sin fecha fija para el regreso para jugar, que como pronto será a mediados de mayo, el calendario se va a comprimir y parece seguro que se irá más allá del 30 de junio. “Con los plazos de tiempo que hay parece que todo se complica, pero lo que está en nuestra mano es cuidarnos y entrenarnos para que cuando esto termine, que esperemos que sea más pronto que tarde, estar preparados para volver en las mejores condiciones”, resume el Pichu.

Ser conscientes de la situación

Las clases online de la hija mayor y los deberes y el juego con sus dos niñas ocupan su tiempo libre, al margen de las rutinas de ejercicios y de ver películas y series. “Con mis hijas hay que ingeniárselas, hacemos gymkanas, pintamos, que corran y salten por casa, que se desfoguen. Para los niños también es muy complicada la situación”, valora Atienza, que por supuesto dedica tiempo para estar en contacto con su familia, amigos y compañeros de vestuario. “Ahora haces videollamadas con gente con la que no habías hecho, porque te veías en el día a día. Eso te da mucha vida. Siempre he dicho que valoraba mucho a lo que me dedicaba. Disfruto con lo que hago, de los entrenamientos, de los compañeros, y ahora lo echo mucho de menos, la charlas, el cachondeo, el futbolín, el trabajo del día a día... Estoy deseando recuperar todo eso”.

Para recuperarlo es vital quedarse en casa para aquellas actividades que no son esenciales y Atienza lo tiene claro: “Todos somos bastante conscientes de la situación en la que estamos, al menos en mi caso, y no queda otra que asimilarlo y hacer las cosas bien. Cuanto mejor lo hagamos cada uno antes volveremos a la normalidad. Tengo claro cuál es mi rol en esta situación e intento no salirme de ahí”, concluye.