Para que no queden dudas, lo dijo alto y claro Víctor Fernández cuando se le instó a valorar si, con la promoción a la distancia sideral de 16 puntos, no ascender en este curso se podía tildar de fracaso. «La salvación no está conseguida, ¿eh?», aseguró. «Vengo avisando desde hace tiempo de que esto va a ser largo y costoso, pero también veo que lo vamos a conseguir, que vamos a puntuar y a hacer buenos partidos de aquí al final», añadió, rematando su análisis con otro contundente mensaje: «Quedan varios meses y vamos a tener que pelear y sufrir mucho».

Restan, en concreto, 13 jornadas y la victoria pendiente de sumar con el Reus, teniendo en cuenta que el Zaragoza, que visita mañana (18.00 h.) a un Granada en ascenso directo, ya que es segundo, tiene siete puntos de renta con el descenso, con la línea que marca un Extremadura que recibe al Córdoba justo antes de que juegue el conjunto zaragocista: «Los juicios definitivos hay que hacerlos al final. Ahora mismo, en marzo, con tanto que queda por afrontar... Ya habrá tiempo de hacer análisis del objetivo y si se correspondía con nuestras posibilidades. Tendremos entonces más argumentos y elementos para hacer un análisis y una reflexión final contundente», completó Víctor para justificar su negativa a cualquier balance.

EL BALÓN PARADO

Certificar la salvación, la continuidad en Segunda, un objetivo paupérrimo se mire por donde se mire, requiere mejorar la imagen exhibida ante el Almería, un partido que dejó muy mal sabor de boca en Víctor, que reconoció haber pasado «una mala semana a nivel personal», aunque también quiso subrayar que afrontaba este partido mucho más tranquilo y animado. «No hay un pánico o un susto en el vestuario, pero sí debemos hacer la autocrítica de que tenemos que dar el máximo y no despistarnos. Ellos son conscientes de que tuvimos un error importante ante el Almería. Para cualquier objetivo es fundamental hacerse fuerte en casa y estábamos en el buen camino. Perder así fue un golpe que no me esperaba. Nos fuimos del partido», sentenció el zaragozano.

La condena en la pelota parada es recurrente a lo largo de toda la temporada, ya que el Zaragoza ha encajado 18 de sus 35 goles en esa faceta, 13 de ellos en faltas y saques de esquina, en la estrategia pura y dura. «Nos falta tener la fortaleza mental, la atención y focalizar el objetivo en la pelota parada. En Pamplona, ante un equipo muy fuerte, estuvimos en esa faceta espectaculares, no sufrimos. Y frente al Almería, con la misma preparación, nos costó mucho. Es un hándicap que llevamos arrastrando esta temporada. Cuando creemos que lo teníamos subsanado, sucede. Además del aspecto mental nuestro físico no nos ayuda, no nos da un plus sobre el rival. Más bien al contrario», explicó el técnico, dejando clara, sin mencionarla, la ausencia de centímetros que hay.

«Tenemos que afrontar el partido con mucho rigor táctico, disciplina y sin renunciar a nuestras cualidades. Vamos a competir bien seguro», señaló Víctor, con palabras firmes que invitaran a dejar claro ese convencimiento en que el Zaragoza mejorará en el Nuevo Los Cármenes la imagen ante el Almería, incluso con el condicionante de las muchas bajas que tiene el conjunto aragonés: «Vamos a sacar un muy buen equipo, un bloque fuerte. Quizá en el banquillo me van a quedar pocos recursos para cambiar el plan A porque hay demasiadas desgracias en jugadores de ataque, pero el que va a arrancar el encuentro va a ser un equipo competitivo. Estamos convencidos de que podemos puntuar».

Eso, puntuar, le vendría muy bien a un Zaragoza necesitado de frenar la mala dinámica de un punto de los últimos nueve: «Tenemos necesidad de puntos. Y además lograrlos allí también daría prestigio, porque el Granada es uno de los gallitos de la categoría, es un bloque homogéneo y compacto. Intentaremos ser nosotros mismos y vamos a pelear el partido para ganarlo».