La aparición del presidente de Telefónica, César Alierta, y su propuesta aglutinadora en el tejido empresarial aragonés ha conseguido algo que parecía aún más difícil que garantizar el futuro del Real Zaragoza: que el ayuntamiento de la capital vuelva a hablar de remodelar La Romareda. Tras los avatares de los últimos años, con unas obras adjudicadas y paralizadas el primer día de iniciarlas, una sentencia judicial sobre la que aún se desprenden consecuencias económicas para el consistorio y un proyecto de construcción de un nuevo estadio para el club (primero en Valdespartera y luego en San José), ahora el Gobierno de la ciudad vuelve a tender la mano a una remodelación del estadio zaragocista, 100% municipal y totalmente gratis para la entidad durante muchos años.

Lo manifestó ayer el vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno --que además gestiona las finanzas municipales--, quien se mostró contundente a la hora de señalar que "con el señor Alierta sí" estaría dispuesto a sentarse a hablar de remodelar La Romareda, algo que no se produjo nunca con su anterior dueño, Agapito Iglesias, y que con el resto de aspirantes a hacerse con el club "a lo mejor no" lo haría.

El vicealcalde quiso remarcar los dos condicionantes que marcan en este caso la posición del ayuntamiento o, en este caso, el Gobierno de la ciudad. Por un lado, que son "sensibles a los problemas que sienten como suyos nuestros vecinos". En este sentido, la mayor muestra es la manifestación de más de 15.000 personas pidiendo garantizar el futuro de la entidad. "Nos sorprenden siempre las reacciones populares", apuntó.

Pero, por otra parte, no dejan pasar de lado en quién confían su esfuerzo, y ahí es donde Gimeno quiso remarcar que "no hay color" entre la propuesta liderada por Alierta y las del resto de aspirantes que han pululado por la capital aragonesa en las últimas semanas. "El ayuntamiento no puede arriesgar los recursos de la ciudad ante una mala gestión empresarial", declaró. Así que sostuvo que las arcas públicas no están para enmendar la plana de las malas prácticas empresariales pero sí para dar su respaldo a una solución de futuro que aporte garantías para no dilapidar el dinero de los contribuyentes.

No obstante, todavía no hay propuesta formal sobre la mesa, ni hay negociación o conversaciones abiertas por este asunto. Pero al menos se retoma un tema, siempre polémico en el debate político municipal, pero que puede ser la clave para la construcción de un futuro sólido para el club. Y, de paso, acercar a la entidad con una institución de la que se habían alejado sus órganos de dirección.