El Real Zaragoza era un cohete hasta hace dos meses, ya que aquel 15 de septiembre cuando derrotó al Extremadura se veía en las alturas, en una segunda plaza con 13 puntos en 5 jornadas y con cuatro victorias y un empate como gran balance. Solo el pleno del Cádiz le superaba. Sin embargo, el panorama ha cambiado de forma radical en estos dos meses, donde el balance es terrible para el equipo de Víctor Fernández, que es verdad que ha conseguido reaccionar en las sensaciones en los tres últimos choques, saldados con una victoria (Las Palmas), un empate (Almería) y una injusta derrota (Albacete), pero no lo es menos que de los últimos 33 puntos en juego solo ha firmado 10, con dos triunfos en las últimas 11 citas.

El bajonazo es, pues, indiscutible en lo numérico, por mucho que las sensaciones sean mejores ahora que hace tres semanas cuando el Zaragoza tocó fondo tras caer goleado en El Molinón y vivió por primera vez en esta temporada fuera de los puestos de promoción y 'playoff'. Entonces era séptimo tras trece jornadas. Ahora, tres semanas y cuatro puntos de nueve posibles después, es décimo, su peor posición en lo que va de campeonato, a dos puntos del sexto y a cinco del segundo, del billete de ascenso directo. El bajonazo, aún con esa mejoría en el fútbol, es absoluto e indiscutible.

De hecho, el Zaragoza de los últimos dos meses es el tercer peor equipo de la competición, ya que solo el Deportivo, con 6 puntos, y el Tenerife, con 8, lo han hecho peor, mientras que sus 10 puntos los iguala el Málaga y 11 firma el Racing. Dicho de otro modo, el Zaragoza ha pasado de tener billete de Primera en las cinco primeras jornadas a sumar una puntuación de descenso en las 11 siguientes, donde ha vivido demasiado lejos de la victoria, con solo 2 triunfos (Numancia fuera y Las Palmas en casa), 4 empates (Lugo, Oviedo, Málaga y Almería) y 5 derrotas (Cádiz, Fuenlabrada, Mirandés, Sporting y Albacete).

En ese mismo periodo de 11 jornadas el líder Cádiz ha sumado 21 puntos, mientras que el Albacete ha firmado 19, el Fuenlabrada se ha ido hasta los 18, los mismos que el Numancia, y 17 han hecho el Huesca, el Girona, la Ponferradina o el Alcorcón. Todos con mucho mejor balance que el conjunto zaragocista.

Las causas de ese bajonazo son muchas, aunque es obvio que las lesiones y las bajas han tenido que ver, pero también la caída futbolística que vivió el equipo varias semanas y de la que se ha recuperado, aunque apenas le haya lucido en las tres últimas jornadas. La falta de gol en partidos como el del Albacete, el escaso dominio del balón parado y la flojera defensiva en los duelos contra el Fuenlabrada, el Cádiz, el Mirandés o el Sporting también influyeron en demasía.

Un sumidero en casa

El gran bajón que ha dado el Zaragoza se nota especialmente en La Romareda, donde el equipo empezó el curso proclamando con datos que su estadio iba a ser el fortín con el que aspirar al ascenso, con tres victorias consecutivas, ante Tenerife, Elche y Extremadura. Pero fue un espejismo, ya que después el Municipal ha sido un auténtico sumidero.

Fue el Lugo con un planteamiento defensivo el que abrió la veda con unas tablas sin goles y el Málaga continuó la senda con un empate a dos dianas en el que ya se advertían claros síntomas de que el Zaragoza se descosía. La primera derrota llegó ante el Cádiz y el tiempo demostró que no fue un accidente por la envergadura del rival, ya que el Mirandés, en uno de los peores partidos que se le recuerdan al equipo zaragocista, se llevó el botín de los tres puntos, lo mismo que el Albacete, con una importante dosis de fortuna en este caso.

Así, el triunfo ante Las Palmas, en un choque marcado por los madrugadores dos primeros goles del Zaragoza, es el único en casa en los dos últimos meses, con un balance en La Romareda de cinco puntos de 18 posibles. Es decir, en los últimos seis partidos ha dejado escapar 13 puntos en su feudo. En los tres primeros hizo pleno al 9. La diferencia es muy significativa y deja al Zaragoza con 14 puntos en casa de 27 posibles, el 51,85%, prácticamente la mitad de los que pone en juego, un balance ante su gente que es impropio de quien quiera ser un aspirante al ascenso. Y es que en general el bagaje de los últimos dos meses está a años luz de una candidatura a subir a Primera en junio.