432 días después asomó Zapater por el once del Zaragoza, el que no visitaba desde aquella derrota en casa ante el Deportivo el 4 de mayo del año pasado. Una larga lesión en el tendón rotuliano de su rodilla derecha, la operación en Londres, la rehabilitación en Barcelona, el parón por la pandemia... El centrocampista ejeano fue reclutado a filas por Víctor en un momento delicadísimo, tras tres derrotas consecutivas, en un claro bache anímico y de sensaciones, y cumplió con nota, dando alma, fe y derroche físico al equipo en 81 minutos que demostraron que con el capitán hay que contar, que su presencia y su ejemplo en este grupo alicaído por los golpes en el nuevo fútbol son importantes en el vestuario y también en el césped. Su titularidad ante el Tenerife lo constató.

Víctor manejó varias alternativas en los días previos al choque en el Heliodoro. Sabía que su equipo necesitaba mejorar en defensa, en consistencia y tener más energía y señaló, en la charla previa al partido, a Zapater que, a sus 35 años, con una larga carrera profesional que comenzó en el 2005, es un ejemplo de honradez y de capacidad de superación. Y 'Zapa' no le falló al técnico, por mucho que este no le tenga entre sus futbolistas predilectos, tampoco en la primera etapa que ambos coincidieron en el Zaragoza. El capitán se insertó en la medular junto a Guti y por delante de Eguaras en un 4-1-4-1 en fase defensiva que dio esa mayor capacidad en la presión y para incomodar al Tenerife que buscaba Víctor, pero sobre todo trajo un Zaragoza, mucho más en la primera parte, mejor puesto en el césped, con una ocupación más racional de los espacios y gobernando el partido en la medular, donde el Tenerife es más fuerte con Aitor Sanz y Milla como una de las mejores parejas de mediocentros de la Liga.

Y en todo eso tuvo mucho que ver 'Zapa', que se lo dejó todo sobre el Heliodoro, con 10,6 kilómetros de esfuerzo y derroche hasta que fue relevado en el minuto 81 por Dani Torres. Llevaba más de 14 meses sin ser titular y dio la sensación de estar mejor en el apartado físico que la gran mayoría de sus compañeros. De hecho, cuando el equipo se cayó en la segunda mitad él mantuvo el tipo.

Antes, en el minuto 33, había visto la amarilla por una clara falta a Luis Pérez después de una jugada en la que impuso su físico ante Aitor Sanz y no es poco imponer dado el enemigo. Ya en el minuto 64 recogió un rechace en la frontal y su volea no cogió vuelo en una acción que seguro que todavía tiene en la mente.

Kilómetros de esfuerzo, trabajo de contención, aseado con el balón (81% de acierto en el pase) y dando energía y presencia en el césped al equipo, Zapater, que solo había tenido minutos residuales ante el Alcorcón, el Extremadura y el Lugo, dio el paso adelante cuando Víctor se lo pidió y debería ser una opción valiosa en los tres partidos que restan y en el posible 'playoff' . Hace poco decía en este diario que la próxima temporada va a seguir jugando. Lo ratificó en el Heliodoro, dispuesto a tomar la bandera para buscar un ascenso que se ha complicado, pero en el que hay que mantener la fe. Zapater, desde luego, lo hace.