En su etapa como jugador Rubén Baraja era un centrocampista total, un todoterreno con capacidad defensiva y muy bien pie que, además, sabía cómo manejar la presión, especialmente en el Valencia, club con el que vivió momentos difíciles pero en el que también saboreó dos Ligas, una UEFA y una Copa del Rey, por ejemplo.

Ahora, como entrenador, prefiere un estilo directo, cortito y al pie, pragmático. Especialmente a la hora de comunicarse con el futbolista. El exzaragocista Álex Muñoz, que ha sido su jugador estos últimos meses en el Tenerife, destaca del Pipo con lo que quiere transmitir, lo cual ayuda al jugador a interpretar la idea de juego del vallisoletano. «No busca darle la vuelta a las cosas ni intenta marear a los jugadores. Tiene su forma de jugar clara y así lo transmite. Si el mensaje es claro, para el futbolista es más fácil llevarlo a cabo en el campo», explica.

En cuanto su estilo de juego, Baraja ya deslizó en su presentación que le gustar jugar con un 4-4-2 o un 4-2-3-1, pero lo que no se negocia es esfuerzo, que es imprescindible. Cuando llegó al Tenerife, el equipo insular estaba en descenso, por lo que, cuenta Álex Muñoz, «empezamos jugando más simple, sin tanta complicación porque cometíamos fallos que nos penalizaban mucho». Por ello, agrega, «jugamos algo más directos y buscando los espacios», lo cual «nos funcionó muy bien porque nos hicimos un equipo fuerte atrás y nos dio buenos resultados».

Ahora en el Real Zaragoza, al empezar proyecto desde cero y no a mitad de temporada, podrá inculcar desde el comienzo sus ideas. El defensa alicantino resalta que a Baraja le gusta «un equilibrio entre defensa y ataque», no se encorseta en uno de los dos aspectos del juego. Y esa manera de pensar también se traslada a los entrenamientos: «Solíamos trabajar varios aspectos. Igual un día era ataque y defensa, cómo atacar y defender al rival, posesiones en espacios reducidos y luego más amplios, salida de balón y la estrategia antes de los partidos también la preparábamos. Es un trabajo variado antes de cada rival», expone.

El aspecto físico

Además, Muñoz también quiso ensalzar dos aspectos del vallisoletano y sus dos acompañantes, José Ramón Rodríguez (segundo entrenador) y Manu Poblaciones (preparador físico), que son la cercanía y el trabajo físico. «Baraja ha sido un gran futbolista y sabe de qué va el tema, cómo manejar a los jugadores, cuándo hablarte o cuándo apretar y eso va en beneficio del equipo. Son buenas personas y están en el día a día muy encima para ayudar. Se agradece ese tacto más sensible. Saben llevar bien al grupo», explica.

Además, otro aspecto del juego que tiene mucha importancia para los tres es el apartado físico: «Exigen mucho a los jugadores en ese aspecto, pero al final tiene recompensa. En los últimos partidos tuvimos una buena dinámica y casi nos metemos en playoff.

Por último, el alicantino considera que Baraja se adaptará bien al Zaragoza y a su exigencia, pero también en lo futbolístico. «Se trata de ser eficaz y ser fuerte en las dos áreas. Si entra en una buena dinámica de resultados la gente estará contenta», sentencia.