No habrá cambio de sistema en Butarque. Rubén Baraja lo ha dejado muy claro en la rueda de prensa previa al partido de mañana jueves ante el Leganés que el Zaragoza afrontará bajo el mismo dibujo, aunque con distintos elementos en su interior. “Cuando trabajas con una base como el 4-4-2 el sistema puede funcionar de uno u otro modo en función de las piezas que utilices. En la segunda parte ante el Málaga y en la última media hora frente al Albacete interpretamos bien lo que había que hacer ante un rival atrás, jugando con otro tipo de situaciones y buscando otro tipo de cosas a las que veníamos haciendo. Y es en esa versatilidad donde debemos encontrar una compensación para ser capaces de jugar a todo”, advierte el técnico, que deja claras sus intenciones. “Tenemos una idea muy clara en cuanto a cómo queremos la formación del equipo, que es ese 4-4-2 que tenemos muy empapado desde siempre y en el que confiamos mucho pero es importante elegir bien las combinaciones”.

Así que el dibujo no cambiará pero sí los jugadores que lo conforman. Se avecina un Zaragoza distinto al de las últimas fechas, sin tanto extremo y con más efectivos capaces de jugar en diagonal desde fuera hacia dentro. “Está abierta esa posibilidad de modificaciones no solamente en cuanto a jugadores sino también en lo que se refiere a la idea y en pequeñas cosas a través de las que trataremos de ser mejores. Por encima de todo está la idea de tener a todos listos para competir y hay gente que viene empujando y que ha estado bien cuando ha tenido que jugar”, apuntó en lo que podría ser una clara referencia a Bermejo, que se perfila como titular en Leganés.

Porque Baraja quiere que el Zaragoza que se presente mañana en Butarque sea similar al de la segunda parte del pasado domingo, lejos del equipo lento, pesado, estático y plano de la primera mitad. “Tenemos la oportunidad de poder reaccionar y tener continuidad respecto a esa segunda parte ante el Málaga, en cuanto a actitud y a sobreponernos a las dificultades en busca de un mejor juego. Esa continuidad es lo que quiero para el equipo y trataremos de buscarla ante el Leganés”, insiste el entrenador, que asegura que el equipo va progresando y acercándose a lo que él pretende. “Físicamente el equipo se va sintiendo cada vez mejor y estos cuatro partidos seguidos nos van a dar un baremo real de ese aspecto físico y también de nuestro potencial en cuanto a fondo de armario y en la introducción de variaciones que creo que es necesaria. Nuestra filosofía pasa por usar a todos los efectivos que nos pueden dar rendimiento porque el Zaragoza tiene que ir a cualquier campo a dar un buen nivel de actitud, fortaleza física y mental”.

Aunque el vallisoletano admite que hay numerosas cosas por mejorar hasta alcanzar el nivel deseado. “Es difícil de calibrar si el equipo que quiero aún está lejos. Insistimos en encontrar nuestra identidad y en lo que yo siempre he creído con gran determinación y que trato de buscar en mis equipos. En ese proceso puede haber buenos y malos momentos y situaciones en las que pueda equivocarme, pero el equipo está cerca de encontrar esa identidad. Por momentos ha sido sólido, ordenado y capaz de hacer buenos partidos en cuanto a equilibrio o control, aunque ha de soltarse más con balón. Si conseguimos tener un rendimiento estable y ser fieles a nosotros y a lo que queremos como equipo no habrá ya mucha variación en cuanto a modelo de juego y al estilo que buscamos”, asegura.

Baraja confía en que el varapalo del pasado domingo sea una lección aprendida de cara al futuro. “Hay que afrontar la crítica pero sin dramatizar. Debe servirnos para mejorar de cara al siguiente partido que afrontamos con mucha ilusión, confianza y ganas de competir ante un gran equipo como el Leganés, que tiene un gran potencial y jugadores determinantes arriba, pero trataremos de ser fieles a lo que venimos viendo porque para ganar en Leganés hay que hacer un partido redondo”.