En el barrio de San Pío de Itagüí Jeison Medina es todo un ídolo. No ya ahora, lo es desde hace varios años. «Le acompañábamos a todos los partidos, la familia y los amigos, éramos la barra de Medina, íbamos siempre un grupo de no menos de 25», asegura Omar, uno de sus grandes amigos desde la infancia. Sus padres, Ovidio y María Eugenia, sus hermanas, Jessica y Sara, sus primas, Susana y Vanesa, por supuesto Geraldine, su novia, y una larga nómina de amigos y familiares, entre los que nunca faltaba su padrino, Gonzalo. Su fichaje por el Real Zaragoza ha revolucionado a toda la ciudad de Itagüí, con algo más de 200.000 habitantes.

No ha tenido fácil Jeison Medina Escobar (Itagüí, 27-02-95) triunfar en el fútbol. Incluso hasta hace poco más de un año y estudiando Diseño Gráfico, justo antes de llegar a Leones, no estaba claro que iba a alcanzar la élite. Lo logró con ese club, con el que firmó 18 tantos y un ascenso para jugar en la Primera colombiana y anotar el primer gol en la historia del equipo antioqueño en la élite y dar el salto a España, cedido por dos temporadas al Zaragoza. «Empezó a los seis años, en Itagüí, en las Escuelas, después en el Nacional, La Masía, Comfenalco y en el 2015 se fue un mes a Italia, al Castiadas (Cuarta división). Gustó, pero por cuestión de papeles no se dio y tuvo que volver. Se presentó en el Ditaires, donde con 21 años fue campeón sub-23 y terminó el máximo goleador y después ya llegó Leones». Así narra María Eugenia la carrera de su hijo, que cuando empezó se fijaba en Aristizábal, uno de los históricos del fútbol colombiano, aunque sin suerte cuando dio el salto al Valencia, y que ahora tiene como ídolos a Paolo Guerrero y a Luis Suárez.

En María Eugenia habita una madre coraje: «El papá de Jeison es depresivo y desde los 53 años está pensionado por esa enfermedad. Trabajamos en casa, en la terapia y hacemos cosas de una empresa juguetera, carritos y otros juguetes, entre mi marido, la abuelita y yo», añade una mamá feliz por el salto de su hijo, aunque «lo vamos a echar de menos, nos va a hacer falta, pero es su oportunidad, su sueño y va a un equipo muy importante. Vi en Instagram la gente para abonarse, sé que van muchos al campo. Es un club muy grande».

Les ha prometido Jeison a sus padres que los traerá a Zaragoza pronto, «a conocer todo y de paseo». Hace no demasiado les llevó a su primer viaje en avión, a Bogotá. En Zaragoza estará el delantero con Geraldine, su novia desde hace seis años. «Vivimos en Itagüí en dos barrios, San José y San Pío, que están pegados, a diez minuticos no más. Vamos a vivir juntos allí, yo no fui con él cuando firmó el contrato, me dijo que la ciudad es linda, que la gente es muy amable», explica su pareja, que estudia Educación Infantil y que lo hará a distancia además de apuntarse a una academia de inglés en Zaragoza.

Extrovertido y bromista

Destaca su novia el «carácter extrovertido y bromista» del punta, aunque sobre todo pone el énfasis en la humildad. «Es de familia muy humilde, que ha tenido que pasar muchas apreturas y estar ahí en las muy duras», añade. Ahora, con el salto de Jeison a Europa el ariete tiene ante sí su gran oportunidad. «Le digo sobre todo que coma bien, aunque eso ahora va a ser una labor de Geraldine, a ella es a la que le toca el turno ahora y espero que mi hizo sea muy feliz allá», tercia María Eugenia.

Ella se queda en Itagüí con Ovidio, con Jessica, la hermana mayor, de 25 años, con Sara, la pequeña, de solo 16, y con los abuelos (Javier y Fabiola). Jeison es muy familiar. Por ejemplo, él, Jessica y sus primas Vanessa y Susana llevan el mismo tatuaje, unos símbolos unidos de infinito y la frase «stay together» (permaneced juntos). «Es una excelente persona, muy centrado en el fútbol, vive por y para el deporte», destaca Omar.

«Cuando debutó en enero de 2017 en Leones llenamos la tribuna de familia y amigos y, un mes después, sacamos una pancarta gigante para felicitarle su cumpleaños», asevera, dejando claro que en febrero y para esa celebración de sus 24 años estará con él en Zaragoza: «Comenzamos a jugar juntos de niños, yo era volante de marca y él delantero. Me quedé en aficionados y siempre le decía que ojalá uno de los dos llegara. Por suerte, lo logró Jeison, porque ha tenido que luchar mucho para ello y se lo merece, las ha pasado duras», dice su amigo.

Destaca Omar en las cualidades del nuevo jugador zaragocista, que «siempre fue delantero, pero puede jugar tanto de 9 como en la banda. Es un obrero, te corre por todos lados, se deja todo. Le he dicho como mensaje que no se ponga techo, que no lo tiene, va a dar lo máximo para ayudar a que el Zaragoza suba a Primera. Se llevan a un gran jugador, aunque aún mejor persona», sentencia, aunque lógicamente el elogio más encendido a su fútbol llega desde María Eugenia, su mamá: «Es goleador, pero no se queda esperando el balón, corre y aparece en todos los sitios del campo. Lucha sin parar», sentencia, mientras apura los últimos días junto a su hijo, que el jueves llegará a Zaragoza. Desde Itagüí, la barra de Medina le va a mandar toda la fuerza del mundo para que el ya ariete zaragocista no deje de soñar y de crecer.