El 'Toro' Fernández será el undécimo uruguayo en la historia del Real Zaragoza, después de cerrar su cesión el viernes y ser presentado este lunes (12.000 horas. La Romareda), teniendo en cuenta que ya entrenará también con sus compañeros en la doble sesión prevista. Es una cuenta que inauguró Julio César Benítez en los años 60 y que tuvo en Rubén Sosa y Gustavo Poyet a sus dos integrantes más ilustres por el nivel que dieron en La Romareda. Ambos no dudan en que en el delantero hay una buena apuesta del Zaragoza y le dan la mayor bendición uruguaya en este año donde va a estar cedido, sin opción de compra, en el conjunto blanquillo, en el equipo en el que los dos hicieron historia. «El Zaragoza es el paso ideal para el futbolista uruguayo, la hinchada lo va a querer mucho a Gabriel y ojalá saque allí todos su nivel», reseña el 'Poeta del Gol' mientras que Gustavo aún es más contundente: «Es un muy buen movimiento del club. Yo, cuando lo leí, pensé, ‘guau, qué bárbaro, qué pasó’. Es una oportunidad excepcional para el Zaragoza, para tener una referencia como él, un chico de ese nivel, y para el jugador, para volver a sentirse importante después de un año en el Celta donde no participó lo que quería», asegura Poyet.

Rubén Sosa llegó en 1985 procedente del Danubio de su país para ser el cuarto charrúa en la historia zaragocista, ya que, además de Benítez, Cacho Blanco y Cambón también habían vestido esa elástica antes. «Como jugador me gusta. Creo que en Uruguay anduvo bien, pero no terminó de explotar. También porque ahora acá hacen cuatro partidos y ya se van a Europa y antes, en mi época, casi no sabías dónde estaba España y tenías que hacer una cuarentena de goles para poder marcharte», explica con una sonrisa el 'Principito', su otro apodo, que arribó en 1985 y que estuvo tres temporadas en el Zaragoza, con 136 partidos y 41 goles, uno de ellos el que dio la Copa ante el Barcelona en 1986.

Para Rubén Sosa, su compatriota pagó en su primer año en Europa el peaje de ese salto, que él también notó. «Creo que va a rendir seguro», afirma el exdelantero, que sabe bien el hábitat de los depredadores del área, aunque sus condiciones sean radicalmente distintas a las del nuevo jugador zaragocista: «Es un goleador, es más un rematador que un jugador técnico, tiene potencia y busca siempre el arco. No se parece en nada a mí como delantero, yo era más de movilidad y de velocidad, él es un 9, de área, fuerte y con envergadura».

Las virtudes que le ven

Sigue desde su Montevideo natal el momento en Segunda del Zaragoza, en los instantes que su Escuela de Fútbol Alegría Rubén Sosa le deja. «A Gabriel no le puedes pedir que corra para todos lados, no es un velocista ni te va a dar mucho fútbol asociativo. Te dará definición, por eso es clave para mí que el equipo entre bien por las bandas y que juegue con otro delantero a su lado», remata el exjugador, que se marchó en 1988 rumbo a la Lazio, con un cariño inolvidable hacia Zaragoza y su gente. «Es un equipo uruguayo, siempre lo digo, por la hinchada que tiene. Los dirigentes han venido muchas veces acá a buscar futbolistas y casi todos rendimos a gran nivel».

El rendimiento de Poyet, que llegó en 1990 junto a su compatriota Edison Suárez, fue del todo excelso ara entrar entre las leyendas del zaragocismo. Es el decimosexto jugador que más partidos ha disputado con esa camiseta, 294, con 80 dianas que avalaron su capacidad llegadora desde la segunda línea como centrocampista. «El apodo lo dice todo sobre sus condiciones, por su fortaleza, porque le gusta estar cerca del área, tiene presencia, buen remate y mucho carácter. Si el equipo es protagonista y llega muchas veces va a tener muchas oportunidades de marcar», explica 'Gus', que cree que sí tiene parecido con Maxi Gómez, el futbolista al que vino a sustituir en el Celta, pero el ahora punta del Valencia «logró estilizarse a su llegada a España, ahí cambió su forma de jugar».

Promete Poyet, ahora en Londres esperando un destino para el banquillo tras su último paso por el Burdeos francés, que conocerá personalmente al 'Toro' esta temporada en una de sus visitas a Zaragoza. «Los uruguayos, con distintas características y condiciones, como por ejemplo las teníamos Rubén Sosa o yo, siempre hemos demostrado que nos metemos en la ciudad, que nos ha importado el Zaragoza y su sentimiento. Y eso la gente lo percibe e invita a que te muestren ese cariño que te hace sentir como en casa. Ojalá Gabriel lo viva también».

Él lo vivió entre 1990 y 1997, siete temporadas en las que fue protagonista en un equipo glorioso de la mano de Víctor , con una Recopa y una Copa. Es uno de los 'Héroes de París' y puso rumbo al Chelsea tras salir de La Romareda, aunque una parte de su corazón siempre se quedó aquí. De ese corazón charrúa que en la historia zaragocista también supusieron en los últimos años Carlos Diogo, Leandro Cabrera, de buen rendimiento también, Jorge Díaz y Marcelo Silva. Ahora, es el turno del 'Toro'.