La llegada de Javi Puado al Real Zaragoza marcó un antes y un después en la trayectoria del equipo aragonés esta temporada. El fichaje del catalán, que llegó a tierras aragonesas casi a finales de noviembre como sustituto de Dwamena -lesionado de larga duración-, ha sido una bendición para el conjunto de Víctor Fernández, en el que es titular indiscutible desde que pisó el vestuario. Con él en el campo, el Zaragoza ha pasado de conquistar el 48% de los puntos a apropiarse del 73%. Casi nada.

La escuadra blanquilla recibió al delantero cedido por el Espanyol ubicado en la décima posición, con 23 puntos. Se había disputado la jornada 16 y el Zaragoza se encontraba inmerso en su peor momento de la temporada, a cinco puntos del ascenso directo, a dos del playoff y 8 sobre el descenso. De los 48 puntos en disputa, el equipo aragonés no había retenido ni la mitad (47,9%). Pero todo cambió a partir de entonces.

Porque, con Puado, el escenario es otro. En once partidos de Liga (33 puntos en juego), el Zaragoza ha sumado 24, producto de siete victorias, tres empates y una sola derrota (la sufrida en El Alcoraz ante el Huesca). Con un 73% del botín conseguido, el equipo aragonés está lanzado, ya ocupa posiciones de ascenso directo, a cinco puntos del líder, uno de ventaja sobre el tercero y nueve respecto al séptimo, con un partido menos que disputará mañana miércoles en Miranda de Ebro.

Puado llegó al Zaragoza tras una injusta y dolorosa derrota en casa ante el Albacete y después de más de un mes sin ganar fuera de casa. «El partido es un ejemplo de por qué viene Puado. Es un chico que tiene potencia, verticalidad y gol. No podemos depender solo de Luis Suárez. Los jugadores de segunda línea no están aportando goles y él puede jugar detrás del nueve, asociándose desde detrás. En esta derrota encajada tenéis la respuesta del fichaje», relató Víctor al término del duelo, que se saldó con derrota zaragocista (0-1).

Desde aquel choque marcado por el infortunio, el Zaragoza ha disputado once encuentros más y solo ha perdido uno. Y, como si de una profecía se tratara, el gol volvió. Con Puado siempre como titular, el Zaragoza ha logrado 17 dianas. Seis de ellas marcadas por Suárez, y tres por Soro, que hasta la llegada del barcelonés solo había marcado un tanto.

La necesidad le situó en el once inicial cuando apenas llevaba unas horas en el Zaragoza. Fue en Vallecas, donde debutó en la banda derecha, se vació en defensa y en ataque. Su calidad y, sobre todo, su capacidad de sacrificio comenzaron a seducir al zaragocismo, pero lo mejor todavía estaba por llegar.

Porque, a partir de entonces, Puado no solo no dejó de progresar sino que hizo mejorar las prestaciones de sus compañeros en vanguardia. Suárez y sobre todo Soro encontraron en su nuevo compañero ese aliado que les faltaba. Su entendimiento fue pleno desde el inicio. Además, el catalán comenzó a producir muy pronto. En su estreno en La Romareda. Puado marcó un golazo de espuela que suponía el empate ante un Girona que se había puesto con un 0-2 favorable. Apenas llevaba unos días en Zaragoza, pero Puado se había metido ya a La Romareda entera en el bolsillo.

Y el barcelonés sigue sin frenar. Ya ha conseguido tres goles (marcados a Girona, Deportivo y Numancia). Además, ha dado dos asistencias y suyo fue el disparo al poste cuyo rechace empujó Soro a la red el pasado sábado en Elche (1-2).

Pero su aportación no solo se ciñe a la Liga, ya que el delantero también ha logrado marcar en Copa del Rey. Fue en los dieciseisavos de final en La Romareda ante el Mallorca, saldada con victoria del Zaragoza (3-1) que le otorgaba el acceso a los octavos.

Más allá de su producción en cifras, la influencia de Puado en la exitosa trayectoria del Real Zaragoza va mucho más allá. Porque el catalán, que ha jugado ya en todas las posiciones del ataque -en las dos bandas, como mediapunta y de delantero centro- ofrece multitud de opciones y variantes a Víctor. Aporta rapidez de piernas y mente, búsqueda y creación de espacios, una gran capacidad de asociación y fútbol en vertical siempre a la búsqueda del marco contrario. Pero también es esencial en la presión alta, las ayudas a los medios y una capacidad de sacrificio inagotable.