No está teniendo el año esperado Álex Blanco en el Zaragoza, donde ha dejado pasar los trenes de la titularidad en algunas ocasiones y se ha quedado relegado a un papel de suplente habitual y revulsivo frecuente, algunas de ellas con acierto, eso sí. Es verdad que lo tuvo difícil al principio en un esquema con rombo y sin extremos, pero no es menos cierto que no ha aprovechado sus oportunidades para demostrar sus condiciones, el desborde y la llegada, pero sobre todo la velocidad. De hecho, el extremo zurdo tiene ahora mismo el récord de velocidad entre Primera y Segunda en lo que va de temporada, 31 jornadas en la categoría de plata y 27 en la élite, con los 35’2 kilómetros por hora que alcanzó en el duelo ante el Málaga en los 23 minutos que tuvo en La Rosaleda, en el choque tras el que llegó el parón de la competición por la pandemia del coronavirus.

Hasta ese momento, era Adriá Pedrosa, del Espanyol, con 35,11 km/h el más rápido, mientras que Fede Valverde (Real Madrid) se había quedado en 35,06 y el levantinista Hernani en 35,00. También Luis Suárez en La Rosaleda rondó los 35 kilómetros por hora, por cierto. El caso es que esos registros no son nada extraños para Álex Blanco, todo un bólido casi un velocista puro, como lo demostraba en el Mestalla, donde llegó a alcanzar los 35,6 kilómetros por hora en su último año antes de ser cedido en el tramo final del curso pasado al Alavés, realizando en los test hasta 38 esprints seguidos, números al alcance de muy pocos y desde luego que mejores que los de sus compañeros en el filial valencianista y ahora también los mejores en el Zaragoza.

Sin embargo, el futbolista alicantino ha mostrado esa velocidad a cuentagotas en el equipo zaragocista, donde es uno de los ocho jugadores que están cedidos en esta temporada. El Zaragoza cuenta con una opción de compra que ronda el millón de euros y que en principio apunta a no ejecutar. El Valencia lo cedió al Alavés la temporada pasada, pero el salto a Primera le quedó muy grande y no tuvo apenas minutos. El paso a Segunda le ha quedado menos amplio, aunque en todo caso está lejos de las expectativas y el fichaje de Burgui en enero remarca que Víctor Fernández ya ha perdido la confianza en que Álex Blanco sea un referente indiscutible del equipo desde la banda.

El jugador de Benidorm ha disputado 21 partidos en Liga y tres en Copa, con 766 minutos totales y un gol decisivo en Santander para salvar un punto y otro en la eliminatoria copera contra el Mallorca. Tuvo buenos minutos en algunos partidos, teniendo en cuenta que hasta en 17 encuentros salió desde el banquillo, como en el tramo final ante el Tenerife, donde provocó un penalti, o contra el Málaga en La Romareda, con una medida asistencia a Guti. Víctor, que lo ha situado más veces a pierna cambiada, entrando desde la derecha para intentar aprovechar su buen golpeo de balón, solo le ha dado cuatro partidos de Liga como titular, en Fuenlabrada, en Vallecas contra el Rayo, frente al Girona en La Romareda, estos dos de forma consecutiva, y en la visita del Numancia al Municipal. En ninguno de ellos demostró que debía mantenerse en el once por derecho propio, algo que ahora aún tiene más difícil con la llegada de Burgui y cuando la competición se reanude.