Vuelve a jugar Borja Iglesias en La Romareda este domingo con el recuerdo de los silbidos que recibió por una parte de la grada en el choque ante el Córdoba, donde falló su segundo penalti consecutivo en casa tras haber vivido la misma experiencia dos semanas antes contra el Tenerife. No ha pasado el ariete gallego, de fulgurante y elogiado aterrizaje en el Zaragoza, por una buena temporada en los últimos meses, donde ha tenido lesiones y un claro bajón de juego y de sensaciones. Sin embargo, el equipo, asfixiado más que nunca por la tabla, con dos puntos solo de renta con el descenso a la categoría de bronce, necesita de los goles del futbolista cedido por el Celta de Vigo, que todavía no sabe lo que es marcar en jugada ante su gente y que lleva cuatro meses sin ver puerta en el Municipal.

El 15 de octubre Borja Iglesias anotó de penalti ante Osasuna su último gol en La Romareda. Antes había hecho otros dos más, ante el Numancia y el Granada (al que también marcó de pena máxima en Copa). Es decir, los tres tantos caseros en el campeonato liguero del punta gallego han sido desde el punto fatídico, de donde también ha vivido los dos últimos fallos, ambos también en casa. Ante el Tenerife, el palo evitó el gol cuando ya había despistado a Dani Hernández y frente al Córdoba fue el polaco Kieszek el que le adivinó la intención en su lanzamiento para despejarlo.

SEIS PARTIDOS SEGUIDOS

Cuatro meses y seis partidos seguidos de local sin anotar son muchos para Borja, que se quedó sin ver puerta ante la Cultural, el Rayo Vallecano, día en que repartió dos asistencias y fue clave en el triunfo, el Reus, el Cádiz, el Tenerife y el Córdoba, mientras que no jugó por lesión en el duelo ante el Barça B, el primer partido de este 2018. La Romareda no tardó al empezar la Liga en ver en Borja a un nuevo ídolo, por su buen inicio de curso y por los muchos recursos de delantero que ofrece.

Pero la sequía del ariete, que en algunos partidos ha estado desenchufado y sin casi presencia en el área rival, terminó por colmar la paciencia de la grada cuando el gallego no acertó desde el punto de penalti para batir al arquero del Córdoba y transformar un gol que habría sentenciado un choque donde después corrió peligro el triunfo, pero Cristian Álvarez también detuvo el lanzamiento de Alfaro.

Los tres goles ligueros de Borja en casa han sido de penalti, mientras que fuera ha anotado cinco en jugada (dos al Córdoba, dos al Sevilla Atlético y uno en Pucela) y otro de pena máxima, al Valladolid. Ese partido ante el cuadro blanquivioleta constituye una excepción en la trayectoria reciente del delantero zaragocista, indiscutible para Natxo González, ya que anotó dos goles. Son los dos únicos tantos que ha marcado en las últimas 14 jornadas, si bien se perdió dos partidos (Barcelona B y Granada). Es decir, en sus últimos 12 encuentros solo ha visto puerta en uno.

VITAL IMPORTANCIA

Con todo, los números de Borja y su protagonismo en ataque le convierten en pieza angular de este Zaragoza. De ahí la importancia de que llegue cuanto antes su redención, ya que Natxo no puede contar mucho con los goles del resto de delanteros, puesto que Toquero está lesionado y Vinícius aún no se ha estrenado, además de haber perdido presencia en el equipo. Si es posible, que esta redención llegue ya ante el Lugo este domingo. Con la clara sequía que lleva en los últimos tiempos, a pesar del momento bajo que ha vivido, suma 9 goles y 4 asistencias de gol (dos a Pombo, ante el Rayo y el Tenerife, una a Febas, contra el conjunto rayista, y otra a Toquero, frente al Numancia). Es decir, ha sido protagonista directísimo en 13 de los 27 tantos, casi la mitad, del equipo zaragocista, unos números que refuerzan su carácter vital.