La sala de prensa es para algunos futbolistas casi un trance de armas. Algunos no pueden vencer la timidez, a otros les cuesta ser espontáneos, los más tienen miedo de sobrepasar los límites de la sinceridad. No es el caso de Borja, un futbolista que contesta con sencillez, habitualmente con una sonrisa. Lo hizo así ayer, la mañana que le tocó explicar por qué no es quien fue, por qué falla penaltis, por qué le pita su gente. Situado en el punto fatídico de la incomprensión, el gallego remató cuestiones con tino, consciente de que su profesión es cuestión de rachas, seguro de que puede volver a tirar un penalti... y marcarlo. «Si me lo permiten, seguiré tirándolos. Yo creo que los tiro bien, igual que lo creía hace dos penaltis. No me obsesiona. Uno se me fue al palo, otro la paró el portero, los cuatro anteriores fueron dentro... No sé qué decir».

Borja conoce la rareza que supone para un goleador dos desaciertos consecutivos. «No le buscas explicación cuando marcas dos penaltis seguidos y tampoco hay que hacerlo cuando los fallas. Ya me había pasado una vez», dice con cierta resignación antes de pasar con tacto por los pitos, algunos, que escuchó en La Romareda en el último encuentro ante el Córdoba: «Que me silben por fallar un penalti puede pasar. Ojalá me silben siempre por cosas como esa y no por otras que sean más difíciles de explicar. Yo intento llevar los silbidos con tranquilidad. No me obsesiona tampoco que me piten, lo puedo entender. Lo llevo hacia la parte de que tengo que trabajar más y estar mejor».

El gallego entiende que su situación deportiva no es grave, más allá de que se le hayan extraviado los goles en las últimas jornadas. Solo ha firmado dos dianas, ambas en la derrota de Valladolid (3-2), en las últimas 11 jornadas. «Al final son rachas y cada uno está como está en cada momento. Cada jugador busca su mejor versión en el día a día, pero en una misma semana puedes tener dos días muy buenos y el tercero no es igual, el cuarto vuelves a estar bien… Hay que tratar de estar siempre bien, pero sin llegar a obsesionarse».

El contraste aparece entre Borja y el juego de ataque de su equipo, aunque parezca una contradicción. El Zaragoza en modo rombo ha crecido en el área rival en los últimos partidos, justo cuando el ariete se ha ido alejando del remate. «Es cierto que últimamente no estoy teniendo muchas ocasiones, pero también estamos generando más. Estamos llegando con más gente al área, generamos mucho y estamos a gusto. Durante una parte de la temporada ya jugamos así y estuvimos muy cómodos y ahora se nos está dando bien».

Pombo es el último compañero de ataque del compostelano, que pone en valor las características canterano. «Jorge es muy buen jugador y me da mucha vida. Estoy contento de que se le esté valorando, que se le quiera y se le dé cariño. Es un futbolista que nos puede aportar mucho. Yo firmaría todo 1-0 hasta final de temporada con todos los goles de Pombo», afirma Borja, que mira con optimismo el resto de la temporada: «Yo suelo ver la botella medio llena. Como dijo el míster, dejadnos creer que podemos».