Jordi Bruixola pasó por el Real Zaragoza en la temporada 2013-2014, la última con Agapito Iglesias y de la mano de Jesús García Pitarch, director general del club en esa campaña, al ser uno de sus más estrechos colaboradores y encargado de Comunicación y Marketing en aquella temporada en la entidad zaragocista. Su paso y el de Suso solo duró un año y ahora es director general del Castellón, al que llegó en el 2017.

--Es un partido especial para usted.

--Obviamente lo es, solo estuvimos una temporada allí, pero es tiempo suficiente para tener al Zaragoza y a la ciudad un cariño muy especial y siempre lo llevaré conmigo.

--Fue una temporada muy convulsa.

--Llegamos con una enorme ilusión, porque suponía hacerlo a un gran club, acababa de bajar y tuvimos muchas complicaciones para readaptar ese presupuesto a la realidad de Segunda. Fue una tarea muy dura en lo económico conjugada con la necesidad de subir a Primera. No tardamos en darnos cuenta de que la gente no estaba contenta de cómo se hacían las cosas en el club, algo que era lógico con la deriva que llevaba entonces.

--El equipo comenzó irregular, pero los despidos en diciembre de Paredes, Movilla y José Mari alteraron una marcha ascendente y al final se cayó en la segunda vuelta.

--Es que era un club muy complicado de gobernar y era fundamental que se diera esa rebaja salarial en los jugadores para poder cumplir con el límite. Tuvimos que tomar decisiones muy duras para que el club fuera viable. Es que no había otra posibilidad. Suso ya venía avalado por los proyectos que había hecho en el Valencia o en el Atlético, consiguiendo títulos. Para mí, es uno de los dirigentes con mayor preparación y capacidad de trabajo que hay en el fútbol. Tenía muy clara cuál era su guía en el Zaragoza, pero era muy complicado trabajar ese año en el club, sobre todo por combinar la obligada readaptación de la entidad a la obligación de subir.

--¿Qué opinión le queda de Agapito Iglesias?

--Creo que intentó hacer un gran club, fichar a los mejores jugadores posibles, pero no le salió nada de eso. Cada año tenía más deuda, las permanencias agónicas en el último partido, el descenso… Al final las victorias son las que te traen el favor de la afición y además tienes que lograr un equilibrio económico y no consiguió ninguna de esas cosas, por lo que el desgaste de su imagen fue brutal.

--Pitarch intentó comprar el club después a Agapito. ¿Lo vio factible?

--Esa fue la intención, nos faltó tiempo y fructificar ese acuerdo para hacer un gran proyecto en el Zaragoza. Hubo conversaciones, desconozco los detalles concretos, pero al final Agapito tomó otra decisión y hay que respetarlo.

--Al final, Pitarch también abandonó el club sin el favor de la mayoría de la afición. ¿Lo ve injusto?

--El zaragocismo, entonces y ahora, tiene una decepción por todo lo que ocurre en el club, porque quiere un equipo grande a la altura de lo que fue, que pelee por los objetivos normales de su grandeza histórica. Si esto está tan lejos de cumplirse, los responsables son las personas que llevan la entidad y a ellos se les señala. A nivel personal, para mí fue una pena, porque cuando ya teníamos un gran conocimiento del club y de todo lo que le rodea nos faltó tiempo para demostrar que éramos capaces de reflotar el club. Lo intentamos todo, con las dificultades que había.

--¿Y ahora cómo ve al Zaragoza desde la llegada de la Fundación?

--Para mí fue importante que personas que quieren al club se hicieran cargo de él, en una situación muy difícil y creo que es digna de destacar la valentía de la Fundación para ese paso adelante. La situación es muy delicada y eso dificulta mucho el trabajo, aunque han estado a punto de conseguir el ascenso hasta tres veces en el 'playoff'. Y el curso pasado, si no llega a pasar lo del covid, subía sí o sí, segurísimo. Todo ese escenario económico y de circunstancias ha propiciado que siga en Segunda, pero el compromiso de los actuales dirigentes y el apoyo de la afición es lo vital para salir de ahí. Es difícil pedir paciencia y apoyo, pero es que no hay otra cosa ahora. Yo estoy seguro de que el Zaragoza va a salir de esta, que va a estar mucho más arriba en la tabla.

--¿Cree que puede bajar a Segunda B?

--No se me pasa por la cabeza. Veo el nivel de la categoría, sé de su dificultad y que el equipo está concebido para estar en otra pelea, pero tengo claro que ese escudo pesa, que los jugadores son muy conscientes de que tienen que salir adelante y no me cabe ninguna duda de que lo van a lograr. Seguro que el equipo va a estar más arriba.

--Llegó de la mano de Vicente Montesinos al Castellón en el 2017, con exjugadores como Pablo Hernández o Dealbert, y desde Tercera ya están en Segunda, en el fútbol profesional. Su proyecto funciona.

--El Castellón es otro de los grandes del fútbol español, que no estaba en su sitio y que tiene una gran masa social. Primero lo que hicimos fue volver a conectar al club con su gente tras siete años en Tercera, algo inaudito. Había que hacer las cosas con sentido común, paso a paso, y los primeros objetivos los logramos también en un escenario de dificultad económica. Subimos el primer año a Segunda B, logramos después la permanencia en una temporada difícil y en la tercera campaña conseguimos volver al fútbol profesional. Cada año ha sido como un año nuevo, de crecimiento y teniendo las cosas muy claras, siempre con el apoyo de la gente. Ahora mismo, tenemos 14.000 socios y una capacidad de 15.000 espectadores en el estadio. Para el equipo sería muy bueno que el estadio estuviera lleno, por esa presión y ese ambiente, y ese factor lo echamos en falta. Claro que también lo añora mucho el Zaragoza.

--Son un recién ascendido y el séptimo límite salarial más bajo. Solo pueden pensar en no bajar, ¿no?

--Nuestro objetivo es doble, la permanencia y consolidar al club en el fútbol profesional, esta última meta más a medio plazo. Cuando tienes un límite bajo es vital equivocarte lo menos posible. A ver si somos capaces de lograr ese objetivo de seguir en Segunda, para nosotros sería un gran éxito.

--El partido es entre dos rivales directos, de máxima necesidad.

--Ahora mismo la clasificación así lo dice, que somos rivales directos. Son tres puntos que son muy importantes para ambos, me gustaría a nivel personal que no llegara con una situación tan delicada de ambos, que ambos estuviéramos más tranquilos en la tabla. El deseo es que gane el Castellón y que el Zaragoza después reaccione, que vuelva a encontrar el camino para que pronto esté en el sitio que merece en el fútbol español, donde los zaragocistas me comentaban, en Primera y siendo protagonistas en la parte alta.