El partido ante el Oviedo comenzó con un pequeño susto, ya que una parte del techo de la antigua sede de la Gerencia de Urbanismo se desprendió cayendo algunos trozos en el suelo, junto a la zona próxima a la entrada del palco del Zaragoza, en las puertas 1 y 2, y también muy cercana a la entrada de medios de comunicación al estadio.

Efectivos del Cuerpo de Bomberos acudieron para retirar los cascotes y se acotó la zona para que no pasara ningún aficionado por ese espacio y no hubo que lamentar ningún herido, pese a que es una zona concurrida antes de un partido, ni incidencia alguna.

El incidente no hace sino reflejar el estado de La Romareda, construida en 1957 y que no ha recibido apenas reformas en los últimos tiempos. El club ha demandado en muchas ocasiones la necesidad de acometer reformas para acondicionar el estadio, de propiedad municipal, pero no han llegado unos cambios para un campo que los necesita, tanto en su zona exterior como en la adecuación de instalaciones de cara a la normativa por ejemplo para albergar partidos de primer nivel.