El Real Zaragoza se plantó en la jornada octava en el Carlos Tartiere exhibiendo solvencia defensiva. Había jugado seis partidos, sin contar el aplazado ante el Fuenlabrada, y solo dos goles en contra tenía en el 'debe', un dato que ningún club mejoraba en Segunda, dejando su portería a cero en cuatro de los seis encuentros disputados para circular con 14 puntos en las alturas de la tabla. Pero ese muro ha caído en pedazos en las tres últimas citas, donde el Zaragoza ha recibido seis dianas, ya que tanto Oviedo como Málaga y Cádiz le marcaron dos tantos, con dos empates y la derrota ante el cuadro amarillo, la primera del curso, para pasar a ser el segundo equipo más goleado en esas tres últimas citas, solo superado por las siete dianas que en ese espacio ha recibido el Lugo.

Mantiene el Zaragoza un puesto alto en la clasificación, esa quinta plaza con un partido menos, por el granero que llenó en su época de seguridad defensiva, donde acumuló 14 puntos gracias a cuatro triunfos, ante Tenerife (2-0), Elche (1-0) y Extremadura (3-1) en La Romareda y en Alcorcón, con un contundente 0-3, y dos empates, en Ponferrada (1-1) y en casa frente al Lugo (0-0). Ese duelo ante el conjunto lucense, donde el Zaragoza fue un quiero y no puedo en ataque, puso el punto y final a esa etapa de consistencia atrás del equipo, que ni sabía lo que era ir a remolque en el marcador. Después, ha ido en los tres partidos.

La baja de Vigaray

Hasta ese día, Pablo Valcarce, en una jugada colectiva que acabó en un disparo a bocajarro en el tramo final en El Toralín, y Diego Caballo, con una espléndida volea después de un rechace tras un saque de banda, habían sido los únicos en conseguir perforar la meta de Cristian, si bien este ya había dejado algunas muestras de su capacidad salvadora con varias paradas decisivas. Solo el Almería, que llevaba tres goles en siete encuentros, mantenía el punto de consistencia zaragocista. Curiosamente, en las tres últimas citas, el cuadro andaluz también se ha desmoronado, con seis goles encajados.

El Zaragoza, en todo caso, era mucho más consistente que la temporada pasada, con Vigaray y Atienza como refuerzos en la zaga y ofreciendo más seguridad, con Grippo y Clemente alternándose para ser la pareja de Atienza y con Nieto como indiscutible en el lateral, salvo en Alcorcón, donde Lasure fue el que ocupó ese puesto y Nieto pasó a la zona izquierda del rombo. Pero la lesión de Vigaray en la segunda parte ante el Lugo y de la que recayó en su vuelta con el Cádiz parece que ha influido mucho en esa pérdida de consistencia. Desde entonces, el muro se ha resquebrajado, en el lateral derecho y en otros puntos de la zaga.

Así, ante el Oviedo, Ortuño anotó dos dianas, la primera muy madrugadora tras una galopada de Saúl Berjón por la zona izquierda que superó a Delmás y después con un penalti muy dudoso pitado por el VAR que Atienza cometió sobre el delantero murciano y que este transformó. En el empate contra el Málaga, Sadiku también golpeó muy pronto, esta vez tras un centro de Ismael por el costado de Nieto en el que los centrales perdieron de vista al malaguista y después, en el tramo final, con un córner donde Lombán le ganó la partida a Atienza. También hubo gol en la estrategia en la derrota contra el Cádiz, porque Lozano marcó a placer en un córner después de tocar el balón Cala y con la desatención de Grippo y de Guitián, mientras que el segundo gol llegó en un contragolpe culminado por Nano Mesa a placer.

En los tres últimos partidos, los equipos menos goleados han sido el líder Cádiz, el Huesca, el Extremadura y el Numancia, próximo rival zaragocista, con una sola diana y un claro repunte en sus trayectorias, mientras que es el conjunto oscense, con 5 goles en 10 jornadas, el más consistente en Segunda. El Zaragoza sigue estando arriba en ese ranking, donde lleva 8 goles y está empatado con Cádiz y Fuenlabrada y solo les mejora la escuadra de Míchel, por sus prestaciones hasta que su muro se cayó.