El Zaragoza es el peor equipo de la segunda vuelta, con solo 8 puntos y con una tristísima racha de nueve partidos sin ganar que se llevó por delante de forma merecida a Paco Herrera y a la que Víctor Muñoz no ha logrado ponerle freno en dos encuentros, la derrota ante el Deportivo y el empate en Vitoria. Tan delicado momento supone mirar con temor a la Segunda B, cuya zona de descenso quedó ayer a un punto con la victoria del Alcorcón, mientras que el técnico insiste de forma machacona en que el único objetivo es la salvación, aseveración que, dadas las circunstancias, es indiscutible. La promoción de ascenso está ahora a 7 tras ganar el Murcia y una derrota hoy apagaría los mínimos ecos que aún resuenan de ese objetivo. Pero ganar al Eibar, hasta ayer líder --le pasó al Deportivo--, haría que las esperanzas renacieran.

Según Víctor, su Zaragoza ha mejorado en todo menos en los resultados. El problema es que eso es lo único que vale. Y de resultados, de los buenos, sabe todo el Eibar, rival en una matinal en La Romareda que tiene ambiente de final decisiva. El equipo al que Gaizka Garitano, sobrino del exzaragocista Ander, llevó a la categoría de plata es el mejor en la segunda vuelta. No ha perdido, solo recibió 3 goles en 11 partidos y sumó 23 puntos. Al llegar al ecuador Eibar y Zaragoza empataban a puntos en la promoción (32). Ahora, los armeros les sacan 15. Casi nada. Así, la victoria zaragocista exige un cambio radical de las dinámicas de ambos, un giro de 180 grados.

La esperanza del conjunto aragonés pasa por su tibia mejoría con Víctor, más espiritual que futbolística, y sobre todo porque las diferencias en esta Segunda tan mediocre son estrechas. Lo dicen la tabla y la mayoría de los partidos. Pero nada es casualidad tras 32 jornadas y el Eibar tiene desde hace tiempo un plan, es un equipo intenso, ordenado, trabajado y con más fútbol del que muchos creen. No hay más que recordar el baño que le dio al Zaragoza en Ipurua.

Otro partido sin ganar, el tercero con Víctor, minimizaría el efecto de su llegada, por no hablar del peligro de caer a la zona de Segunda B, lo que ya dispararía todas las alarmas. Si es que alguna anda apagada, claro. Para evitar un nuevo fiasco, el técnico no tocará mucho el once de Mendizorroza. En principio, Luis García estará pese a la gripe que ha sufrido y Arzo será la novedad para completar otra medular de estreno, la decimotercera. Barkero tiene más números que Cidoncha para acompañarle.

En el once del Eibar juegan ocho jugadores titulares en Segunda B. Eso es continuidad, un proyecto en un club sólido y que no tiene deudas, más allá de la amenaza de descenso a Segunda División B si no llega a la ampliación de capital. Más de 110 millones debe el Zaragoza, un club caótico con Agapito Iglesias, un desastre en la gestión cada curso. También en el actual. Ahí la diferencia también es radical entre ambos rivales, pero eso no se soluciona en un día. Cambiar la dinámica sobre el césped sí puede ser cuestión de 90 minutos. Y el Zaragoza no puede fallar, necesita ganar, hacerlo ya.