Una línea. Ese es el camino del Real Zaragoza para Lucas Alcaraz. Largo, eso sí. Y esa línea el técnico quiere que sea recta y clara, con pocas modificaciones. Habrá cambios, pero sin volverse loco. «Revolución, no. Tenemos que mantener una línea y dentro de ella el rendimiento en partidos y entrenamientos puede ir modificando diferentes situaciones, pero no vas a hacer cuatro cambios todos los días para ver cuándo acertamos. Simplemente marcar una línea y no asegurar a ningún jugador que tiene garantías de jugar. Nadie es insustituible», explicó el andaluz.

Así que ante el Granada no habrá excesivas sorpresas. Y si las hay serán inesperadas tras sus palabras. De todos modos, sean pocas o muchas las novedades, Alcaraz está convencido de que «el equipo va a dar buena nota» mañana, porque «ha sido una buena semana de trabajo». No olvida que «las cosas que estamos trabajando necesitan tiempo para interiorizarse», pero se mostró optimista de cara al Granada.

Eso en cuanto al trabajo en el césped. Fuera de él, el entrenador y su equipo tienen otra ardua tarea, que es la de levantar a la plantilla anímicamente, aunque no es lo principal: «Los aspectos emocionales y mentales son importantes de cara al partido, pero también la información con la que vas a afrontarlo te puede dar mayor seguridad emocional si te ves maduro para manejarla. Son dos caminos que van juntos. Hay que salir con las ideas claras sobre cómo quieres afrontar cada faceta del juego, aunque luego evidentemente hay muchas situaciones que son difícilmente entrenables», explicó.

Todo ese trabajo a nivel mental debe culminar en una victoria, unos tres puntos que sirvan de punto de inflexión. Sin embargo, Lucas Alcaraz mira más allá. «La victoria siempre cambia el estado anímico de todo el mundo, pero no lo arreglaría todo, por supuestísimo que no», dijo. No ocultó que «necesitamos la victoria», pero también «el siguiente, y así sucesivamente». Así que, para el preparador andaluz, lo que «arregla todo» no es un triunfo que eleve de moral a los suyos, sino que «seamos capaces de tener un rendimiento en el tiempo amplio y alto y que el equipo sea capaz de ganar muchos partidos». Para ello, agregó, «hay que hacer las cosas con naturalidad y con el punto justo de motivación».

"PARTIDO DEL SIGLO"

De una afirmación general («no me gustan mucho los cambios, pero no desecho utilizarlos»), a la particular, la enfocada en los centrales: «Tenemos cuatro y en cada momento jugará el que esté mejor». Así que sin pistas. Como hiciera Idiakez, el nuevo técnico no entiende el hecho de «focalizar la atención en un puesto del campo cuando llevas varias semanas sin ganar», porque «todo me parece más armónico». «Si marcamos más goles los centrales viven más tranquilos. Es un todo», puntualizó Alcaraz.

Por supuesto, como granadino y extécnico del conjunto andaluz, será un partido muy especial, pero no solo por esa circunstancia, ya que el duelo tiene otros alicientes para el técnico: «Es mi debut en La Romareda y contra un equipo que he entrenado muchísimas veces y que está en alza en rendimiento y clasificación».

Pero él no es lo primordial. «Lo más importante es el partido del siglo que supone para nosotros más allá del debut en La Romareda o de la casualidad de jugar ante un equipo que posiblemente sea el que más ha marcado mi trayectoria personal en el banquillo», reconoció el entrenador del Real Zaragoza.