Desde que Víctor Fernández escribió su lista de deseos en el verano del 2019, pasando por el fichaje fallido de Etinof y la salida de Pep Biel, y Lalo Arantegui se puso manos a la obra para cuadrar lo solicitado con el presupuesto disponible del club, el equipo ha vivido una serie de catastróficas desdichas que ha terminado con el Real Zaragoza de nuevo en Segunda División. La temporada, hasta que llegó el coronavirus, fue una de las que más fantasías despertó entre los aficionados; en la que más cerca estuvo el ascenso directo pero que ha terminado con una nueva decepción. Como todos los grandes proyectos, comenzó con ilusión.

1 Los fichajes y la ilusión por Kagawa

El Real Zaragoza presume siempre de una incondicional afición que le favorece en los partidos que se juegan en La Romareda. Un estadio que esta temporada se estrenó antes de tiempo con la presentación de Shinji Kagawa, que emocionó a todos los zaragocistas, con 7.000 en la grada. En el mercado estival habían llegado jugadores como Dwamena, Luis Suárez, Álex Blanco o Vigaray, pero fue el 13 de agosto con la llegada del japonés cuando pareció empezar la temporada y el sueño zaragocista.

La confianza en los fichajes no era plena, pero la victoria de la primera jornada en La Romareda hizo creer a la afición. En el partido Dwamena se acercó con peligro a la portería y en el minuto 41 Luis Suárez abrió su cuenta goleadora con el club. En su debut, en La Romareda y haciendo méritos para ganarse el cariño de la ciudad. Javi Ros remató el resultado ante el Tenerife con un penalti (2-0).

Los blanquillos no perdieron durante los nueve primeros partidos. Entre tanto, se colaron en ascenso directo al vencer en Alcorcón. En este partido, el 8 de septiembre, Dwamena metió su primer gol, Suárez anotó su tercero de la temporada y Carlos Vigaray, otro de los nuevos, sentenció con el 0-3 ya en el minuto 90.

2 La baja de Dwamena

Todo parecía de cara. Pero el 9 de octubre el Real Zaragoza comunicaba que Raphael Dwamena debía dejar la actividad deportiva por un problema de salud. Al final, esta situación llevó a la baja de larga duración del jugador ghanés, que había metido dos goles con el escudo del león. Ese domingo el Real Zaragoza pudo dedicarle un gol a su jugador, que fue intervenido con éxito de su problema de corazón pero no ha podido vestirse de nuevo la elástica blanquilla. La dupla que tan bien funcionaba, Suárez-Dwamena, quedaba rota.

3 Tres partidos aplazados

Mientras tanto el equipo seguía pendiente de disputar un partido aplazado. Se debería haber jugado en septiembre, contra el Fuenlabrada. Pero el encuentro, de la sexta jornada, no se celebró por una intoxicación entre los locales.Se jugó el 16 de octubre, Dwamena ya era baja. El resultado: derrota a domicilio (2-1).

No fue el único aplazado. Si se avanza un poco en el tiempo y sin contar con los que correspondían durante la cuarentena, se jugaron a destiempo dos encuentros más y no por factores propios. Prevista para el 3 de enero, la cita contra el Sporting se aplazó por una epidemia de gripe en el conjunto visitante hasta el martes siguiente. Los blanquillos vencieron en La Romareda (2-0).

El tercero fue poco después: también en enero, contra el Mirandés. El colegiado decidió poco antes de comenzar que el terreno de juego, tras las copiosas lluvias, hacía inviable jugar en Anduva. Los más perjudicados, alrededor de mil zaragocistas que se habían desplazado. Se disputó en febrero y terminó con empate a uno.

4 Un amago de caída, pero llega Puado

En noviembre llegó uno de los momentos más crudos: la caída hasta salir de los puestos de playoff tras perder contra el Albacete en La Romareda, con solo un partido ganado de los últimos cinco. Las oficinas trabajaban para la llegada de un delantero que supliese a Dwamena y, a mediados de mes, llegó Javi Puado.

Debutó contra el Rayo y el equipo ganó. Luego, contra el Girona, intervino cuando el equipo lo necesitaba. El partido comezó con dos goles de Borja García y Luis Suárez recortó distancias aprovechando un error en la defensa. El 2-2 llegó con el gol de Puado, de tacón, en su debut en La Romareda. Tras un gol de Suárez desde los once metros y otro del Girona también de penalti el partido acabó en tablas (3-3). Parecía que el equipo recuperaba sensaciones, y así fue en los dos siguientes partidos.

Pero, siempre hay un pero, llegó el derbi. Aunque el marcador reflejaba un empate a uno en el descanso, Josué Sá adelantó al Huesca en el marcador . Sendas rojas directas a Delmás y Guitián dejaron a nueve blanquillos petrificados sobre el verde, sin capacidad de remontar. Así acabó el año.

5 La Copa, otra vez con los grandes

A pesar del golpe en el derbi, había más retos como regalo de Navidad. El equipo había ganado por la mínima (0-1) el primer partido de Copa del Rey contra el Socuéllamos en diciembre y les esperaba el Nástic de Tarragona en enero. La victoria fue más clara (1-3) y, aunque seguían centrados en la Liga, supieron ganar también al Mallorca (1-3), que por aquel entonces se encontraba a dos puntos del descenso a Segunda División. Y ya se acercaban los grandes.

Tocó el Real Madrid, un partido en la capital del Ebro para el que fue casi imposible dar con una entrada. La Romareda se llenó y, a pesar del resultado (0-4), a los zaragocistas se les pusieron los pelos de punta contra un rival con el que ahora tendrán que esperar para volver a verse.

6 Lanzados en el 2020: a la caza del líder

Con el subidón de la Copa, el equipo comenzó el 2020 ganando el partido aplazado al Sporting y colocándose tercero en la tabla. Desde entonces sumaron diez jornadas sin perder, a pesar de la lesión de Javi Ros, que notó molestias en su rodilla contra el Numancia. En este mismo partido, el gol de Suárez y la parada con la cara de Cristian Álvarez dieron los tres puntos bajo la lluvia en La Romareda. El equipo seguía hacia arriba.

No todo eran buenas noticias. El club anunció la patología meniscal de Ros, de la que fue operado el 6 de febrero. Luis Suárez le dedicó un gol al centrocampista cuando volvió a marcar. Fue dos jornadas después de la operación, contra el Elche. Y con la victoria se pusieron segundos. El sueño era más real. No había pellizcos que despertasen al equipo. El Real Zaragoza se quedó en ascenso directo hasta la jornada 38.

7 Lesiones: Vigaray, Ros, Igbekeme...

Los de Ros y Dwamena no fueron los únicos partes médicos que tuvo que publicar el Real Zaragoza. El equipo hizo frente a casos menores pero reiterados como los de Vigaray o Igbekeme.El jugador de Leganés llegó al equipo en verano como uno de los fichajes de mayor nivel.Un seguro para la banda derecha que, sin embargo, ha tenido que perderse quince partidos por lesiones durante la temporada, dando lugar a que Delmás ocupase su puesto.Entre estos encuentros, cuatro fueron tras el confinamiento y coincidieron además con la baja del canterano.Así tuvo la oportunidad de disputar algunos minutos con el primer equipo Francés.

Igbekeme, por su parte, se perdió los últimos cuatro partidos de la jornada y el playoff. Se unieron a la enfermería Guitián, con un edema óseo en el tobillo izquierdo, y El Yamiq, con una rotura de fibras en el aductor. Sin ellos la defensa se quedó en cuadro para el final de la temporada.

8 El coronavirus trunca la dinámica

Cuando mejor estaba el equipo llegó la cuarentena. La pandemia apartó al equipo de los terrenos de juego. Cada jugador tuvo que prepararse por su cuenta para una vuelta a la competición que todavía no tenía fecha ni estaba asegurada. Con el futuro de la competición en el aire durante semanas, finalmente se decidió disputar todo lo que quedaba en un calendario más comprimido y que ocuparía parte del verano.

9 La Romareda, vacía y con cinco derrotas

Pero sí hubo vuelta, fue desoladora y probablemente lo que quedará grabado a fuego en la memoria de los zaragocistas sobre esta temporada. El equipo empezó perdiendo en La Romareda contra el Alcorcón, y aunque como visitante ganó al Lugo, volvió a perder en casa frente al Almería, el Huesca,el Rayo y el Oviedo. La Romareda sin afición fue un claro perjuicio para el equipo dirigido por Víctor Fernández, que no sabía cómo afrontar una situación tan diferente a la que estaba imperante antes de parar por la pandemia.

10 Hecatombe en defensa

Las malas sensaciones se confirmaban partido tras partido. Ya justo a la vuelta, contra el Alcorcón, la imagen del equipo fue desastrosa: el primer gol por la périda de Atienza al borde del área, el segundo un doble error de cobertura de Francés y Atienza. Después de esto el partido no fue a mejor. Evitaron el tercero El Yamiq y Cristian, pero a qué precio. El central cedió el balón de cabeza al portero cuando este estaba fuera del área y la cogió con la mano. Roja directa y el tercer gol le cayó a Ratón.

Y así siguieron los errores: un penalti de novatada de Clemente contra el Girona, otro fallo de Atienza contra el Rayo que tiró por la borda un empate, varios goles en contraataques (como el tercero del Oviedo), el penalti contra Albacete cometido por Atienza en el minuto 13 y en el mismo partido Vigaray se despistaba rompiendo un fuera de juego que también acabó en gol.

11 El lío: el ‘playoff’ y un positivo

En el último partido, contra la Ponferradina, los suplentes lavaron la cara al equipo.Consiguieron ganar en casa (2-1) y se clasificaron terceros para el playoff. Pero en esta jornada algo se torció: un brote de coronavirus en el Fuenlabrada hizo que su último partido, contra el Dépor, no se jugase hasta el día 7 de agosto. Mientras tanto, sin conocer si el primer rival sería el Elche o el Fuenla, acabó la cesión de Luis Suárez y el positivo de Puado impidió al resto trabajar con normalidad, previendo posibles contagios. Así, finalmente y tras comunicados y comunicados de la Liga y los equipos afectados, se jugó la fase de ascenso. El Real Zaragoza reclamó sus suspensión a LaLiga, la RFEF y el CSD, pero la promoción se está jugando.

12 Condenados por la falta de gol

El Elche fue el rival del Real Zaragoza en la primera eliminatoria de la promoción. Después de otro parón de tres semanas, el equipo mostró otra cara en defensa, mucho más fiable y segura. Pero su incapacidad de anotar gol durante los 180 minutos, con un par de mano a mano y un penalti incluidos, condenaron al equipo de Víctor Fernández. Nino sí acertó y el Real Zaragoza está condenado a jugar una temporada más en Segunda División.