También con la cantera la virtud está en el término medio. No vale ni el populismo exacerbado ni el desprecio sistemático. No vale ni pensar que cualquier chico de las categorías inferiores únicamente por serlo tiene derecho y condiciones para jugar en el primer equipo ni, por supuesto, subestimar y dejar de lado a los futbolistas de la Ciudad Deportiva solo porque el negocio del fútbol está en el movimiento continuo de la mercancía y no en el trabajo de cocción desde la base. El término medio es creer en el que tiene posibilidades, mimarlo, formarlo deportiva y personalmente, ayudarle a crecer y apostar firmemente por él en el paso del amateurismo al profesionalismo.

Es lo que ayer hizo el Real Zaragoza con Jesús Vallejo, al que amplió contrato hasta el 2019 para evitar que escuchara cantos de sirena de otros clubs, sencillos de que se produjeran con una cláusula de solo 800.000 euros. Es una renovación que lanza un mensaje diáfano de puentes hacia el futuro, buena planificación y trabajo de presente pensando en el medio y largo plazo. Una buena maniobra del área deportiva dirigida por Carlos Iribarren y Martín González.

Al Real Zaragoza han de llegar, y la SAD está obligada a facilitar su aparición, los canteranos con nivel verdadero y cuantos más, mejor. Vallejo lo tiene. La decisión es estupenda. Cantera hoy. Y si el rendimiento es alto en el camino, cartera mañana.