Da la sensación de que en el Real Zaragoza existe cierta urgencia por encontrar dentro de la propia plantilla un recambio en condiciones para Guti, que ya ejerce como nuevo jugador del Elche. Y en ese hipotético escenario asoma poderosa la figura de Nick Buyla, el único integrante de la primera plantilla que ha sido titular en los tres partidos amistosos disputados este verano por el equipo aragonés. El dato no debería ser excesivamente revelador a esta alturas, pero bien podría ocultar cierta querencia por encontrar el acomodo más adecuado al guineano y dotarle del mayor rodaje posible con vistas al inminente estreno liguero.

Lo que es evidente es que Nick gusta a Pipo Del centrocampista seduce especialmente su despliegue físico, su recorrido, su espíritu de lucha y sacrificio y también su capacidad de ayudar en las dos áreas. Se diría que se busca en él a un nuevo Guti o, al menos, un proyecto para acercarse a su figura.

Sin embargo, el nuevo técnico zaragocista no tiene previsto contar con el canterano como uno de los ejes de la zona ancha. Así, al menos, se desprende de lo acontecido en los tres encuentros de preparación, en los que Nick siempre ha actuado como interior. En el primero de ellos, ante el Getafe en La Romareda, lo hizo en la izquierda , mientras que en los dos restantes (en Tarragona frente al Nástic y de nuevo en casa ante el Girona) formó en la derecha. Nunca ejerció en el centro, donde Eguaras formó pareja con Adrián ante el Getafe y con Ros el pasado sábado, mientras que Ros y Zapater formaron de inicio en Tarragona.

De este modo, Nick se ha convertido en algo así como la carta en la manga de Baraja, que le ha otorgado más minutos que a nadie a lo largo de la pretemporada. Una hora jugó el guineano en los dos primeros envites del verano, mientras que frente al Girona llegó a disfrutar de 77 minutos.

Su rendimiento durante la pretemporada ha sido similar al del resto de sus compañeros. Desafortunado al principio y más entonado después, Nick ha destacado por su despliegue y combatividad y no ha estado tan fino con el balón. La presión, una de sus principales virtudes, fue esencial para que el Zaragoza lograra ante el Girona el único tanto marcado en pretemporada. El asedio de Nick llevó a Granell a entregar el balón a Vuckic, que superó a Muric antes de mandar el esférico al fondo de la red. El cuadro de Baraja conservó la ventaja hasta el final y se hizo con el triunfo.