La secretaría técnica del Real Zaragoza cree que la posibilidad de luchar por el ascenso es un objetivo remoto pero no imposible. El desarrollo de la competición, la imprevisible respuesta del resto de los rivales, la llegada de Ranko Popovic y, por el momento, el estupendo puesto que ocupa el equipo en la clasificación han animado a los dirigentes a intentar una mejora de la plantilla en el mercado de invierno. Los cada vez más escasos recursos económicos siguen siendo el ingente muro a superar en la mejora de una plantilla competitiva con sus trece mejores futbolistas pero sin apenas abrigo en los puestos principales para cubrirse frente a las bajas por sanción o lesión.

La puerta ya se ha abierto para un par de jugadores, entre ellos Vullnet Basha, quien apenas ha salido de la enfermería en toda la temporada. El club ha sugerido al FC Sion que dé por finalizada la cesión por un año del albanokosovar, pero los suizos han rechazado esa invitación. El lateral izquierdo, una posición desabrigada, es otra de los cuestiones que se están tratando. De nuevo la estrechez financiera choca frontalmente con el abanico de defensas con quienes se han establecido conversaciones.

La mayor preocupación, sin embargo, se centraliza en el aluvión de proposiciones que está recibiendo Borja Bastón, en préstramo durante este curso por el Atlético de Madrid. El club teme que el goleador, en el punto álgido de su trayectoria deportiva, se distraiga con ese torrente de intereses por hacerse con sus servicios y pueda afectar a su rendimiento. En este sentido, el punta siempre ha manfestado su deseo de ascender dentro de un discurso sin urgencias personales.

El filial, que no levanta cabeza, también está sobre la mesa de prioridades de Martín González. El técnico considera imprescindible realizar con urgencia al menos cuatro o cinco fichajes para que el equipo que entrena César Láinez dé el salto de calidad necesario para evitar el descenso que se cierne sobre su futuro.