El Zaragoza dejó anoche perfilado el acuerdo económico con Paco Herrera después de que el agente del entrenador, Iñaki Ibáñez, llegara a media tarde a la capital aragonesa. Ibáñez tiene que viajar hoy a Manchester y el pacto está en líneas generales cerrado y en él ha sido vital tanto el visto bueno de la Liga como las facilidades dadas por el preparador catalán, que firmó en verano por dos años y tenía contrato hasta el 2015 a razón de unos 400.000 cursos por temporada en su ficha.

Herrera dio instrucciones a su agente para que se facilitara en los pagos de la indemnización en su finiquito. De hecho, nada más llegar a Zaragoza lo primero que hizo Ibáñez fue reunirse con el entrenador en su domicilio. Al agente del técnico ya se le avisó el domingo por parte del club de cuál sería el desenlace.

Esas facilidades y el permiso de la Liga de Fútbol Profesional, con la que Pitarch estuvo en permanente contacto ayer, ofrecieron el margen económico para afrontar la salida del entrenador, un acuerdo imprescindible para que su sustituto se pudiera sentar en el banquillo.

LAS CONDICIONES De hecho, en el remanente que quedó sin gastar por parte del club en enero dentro del estricto control de la Liga estuvo la posibilidad de que en el despido de Herrera ya se le pueda abonar ahora una pequeña parte y después se negocie en plazos el resto. La LFP dio también un visto bueno que no hubiera sido posible si Herrera se hubiera cerrado en banda en que el pago de su finiquito llegara de forma total ahora.

Herrera arribó al Zaragoza en julio pasado y estuvo varias veces a punto de ser destituido, la más clara en el pasado mes de noviembre, si bien en las últimas semanas su continuidad también estuvo más que amenazada. Logró esquivarla en Huelva o ante el Mallorca, con sendos empates que pudieron ser victorias, pero la derrota ante la Ponferradina supuso su cese.