El Zaragoza se reencontró con la victoria ante el Eibar, lo que puso fin a una larga sequía de nueve jornadas sin ganar que condenó al equipo a los bajos fondos de Segunda, y frente al Numancia el conjunto de Víctor Muñoz aspira a confirmar su reacción, a darle una consistencia sólida con un segundo triunfo seguido para poner tierra de por medio con un descenso a Segunda B del que escapar sigue siendo la primera prioridad. El duelo ante el Numancia es el más especial del curso y llevará a Los Pajaritos a alrededor de 1.600 zaragocistas, además de que propiciará la mejor entrada de la temporada en ese estadio, aunque el lleno quedará lejos.

El denominado derbi del Moncayo supone un ejemplo en cuanto a cordialidad y buen ambiente entre dos aficiones, pero cuando el balón ruede el choque es vital para ambos, con idéntico objetivo en los dos casos, ya que la mala racha del Numancia, con cinco partidos sin ganar, ha condenado a los sorianos a mirar ahora más abajo que hacia arriba. Igual que el Zaragoza. Sin embargo, la igualdad de la categoría hace que los dos equipos estén a tiempo de todo. El Zaragoza, aunque Víctor no lo diga, daría un salto mental en sus aspiraciones si hoy se vuelve con la victoria, lo que haría que la mirada ya se empezara a girar hacia las plazas de promoción.

Sin embargo, Víctor no la desvía de evitar el tremendo golpe que sería bajar, un devastador varapalo que pondría en serio peligro la continuidad de este club tan mal gestionado por Agapito Iglesias desde el 2006. El técnico cifró en 52 puntos la salvación, por lo que el Zaragoza necesitaría sumar tres victorias más. Solo cuando lo logre, el entrenador se permitirá hablar sin reparos de la otra meta. De momento, solo sus jugadores la mencionan, aunque no con demasiada energía, no vaya a ser que la irregularidad zaragocista vuelva a hacer acto de presencia.

Ganar al Eibar, que llegó a La Romareda como líder, ha rearmado de moral al Zaragoza, que nota que es real y palpable la mejoría con Víctor, en los tres partidos del aragonés en el banquillo, con respecto al triste equipo que dejó Paco Herrera. Frente al conjunto armero ya se vio un camino claro, una senda que incluye intensidad, espíritu y tratar de cerrar la portería lo más posible. Empezar el castillo por los cimientos, lo de siempre. El técnico tocará lo menos posible el once con respecto al último partido. Está obligado por las bajas de Arzo, sancionado, y Javi Álamo, lesionado. Cidoncha será la novedad en la medular, posición junto a Barkero que ya tuvo en Vitoria hace dos semanas, y Víctor Rodríguez jugará en una de las alas. Cortés o Fernández puede ser la duda, aunque lo normal es que continúe en el lateral derecho Fernández, que fue novedad ante el Eibar.

Recupera el técnico a Ángelo Henríquez, el goleador ausente, al que espera como agua de mayo, tras mes y medio de baja. Hoy tendrá minutos, pero las dianas del chileno deben ser vitales. Eso desea Víctor, que espera no frenar en Los Pajaritos. El Numancia lleva cuatro partidos sin marcar y cinco sin vencer. No está como en la primera vuelta, donde en La Romareda remontó con facilidad un gol, el último de Henríquez, por cierto, para ganar. Además, ha logrado casi tantos puntos a domicilio (20) como en su feudo (23), otra buena señal para el Zaragoza, que es junto al Sporting el visitante más anotador (22 tantos).

El conjunto numantino es fuerte en la estrategia, pero el Zaragoza, en su estado de necesidad, ni debe medir la estatura del enemigo. Debe presentarse en Los Pajaritos, saborear el ambiente de derbi, tomar los tres puntos y asentar la reacción apuntada ganando al Eibar. Es la hora de la confirmación.