El consejo de administración del Real Zaragoza se ha reunido este jueves de urgencia en un cónclave donde también han asistido los patronos de la Fundación Zaragoza 2032 que no están en ese órgano rector. La reunión, presencial y telemática, ha servido para tomar el pulso al momento que vive el equipo y a las posibles medidas a tomar, aunque en principio cualquier decisión se va a posponer a después del partido contra el Espanyol y sobre la mesa está dar un giro radical a la marcha del equipo una vez que el relevo de Rubén Baraja para que cogiera el equipo Iván Martínez hace dos semanas se ha revelado como una medida insuficiente, con tres derrotas consecutivas, dado el hondo calado que tiene la actual crisis zaragocista, con el equipo despeñado hacia Segunda B. En fase de deliberación y de discusión está un giro más radical que conllevaría la salida de Lalo Arantegui, cuya figura está muy debilitada ahora mismo, y hasta de Luis Carlos Cuartero, director general, con el posible aterrizaje de Víctor Fernández, fallido hace dos semanas y que vuelve a estar como una posibilidad factible. Hay que recordar que Cuartero fue el principal aval de la apuesta por Lalo cuando llegó en febrero del 2017.

La reunión ha finalizado antes del mediodía, aunque los patronos, Fernando de Yarza Mompeón, presidente de la Fundación, y Carlos Iribarren, se han marchado antes. El consejo de administración zaragocista está integrado en estos momentos por Christian Lapetra, como presidente, Fernando Sainz de Varanda, vicepresidente y consejero delegado, Fernando de Yarza López-Madrazo, Juan Forcén, Juan Uguet y Luis Blasco, estos dos últimos y el propio Sainz de Varanda representando al máximo accionista de la entidad, César Alierta, que controla el 50,56% para hacer la mayoría del capital después de la ampliación a través de la refinanciación de parte de su deuda que vivió en el verano del 2019. Ninguno de ellos ha tomado la palabra tras el consejo, ni tampoco en las últimas semanas, ni está previsto que lo hagan estos días, ni siquiera el propio Lapetra, que es el encargado de realizar esa función.

Lalo Arantegui y Cuartero viven ahora su momento de mayor debilidad en la entidad, sobre todo el director deportivo, renovado hace unos meses por cuatro años, hasta 2024, y que no ha logrado armar una plantilla competitiva este verano y al que le pesan los numerosos errores cometidos en sus apuestas para el banquillo. En el consejo hay tensión desde hace semanas sobre cómo afrontar la crisis y las soluciones a tomar, por lo que el director deportivo y el director general aún conservan algún apoyo, pero también prevalece la tremenda crisis que vive el Zaragoza en estos momentos.

A Víctor se le llamó hace dos semanas tras la destitución de Baraja y según la versión de Lalo Arantegui el entrenador no vio que era el momento de volver, mientras que el técnico, a través de un comunicado de su abogado, Julio Beltrán, negó haber trasladado ese mensaje y que solo pidió concreción en el proyecto, en las medidas previstas y en las competencias que iba a asumir en materia de fichajes. Desde entonces, el entorno de Víctor asegura que no ha habido nuevos contactos directos con el técnico, que no quiere venir de cualquier manera y que quiere un proyecto que le convenza. Con todo su regreso puede retomar fuerza en cualquier momento, quizá la próxima semana.

Ese regreso de Víctor en un cargo con capacidad de decisión implicaría la salida de Lalo mientras que Iván Martínez no seguiría en el banquillo del primer equipo, algo que parece seguro tras el partido ante el Espanyol. Algunas fuentes sostienen que también está en perspectiva la posible entrada de capital en la entidad, una opción a la que la actual propiedad se ha negado en varias ocasiones y que puede ahora ser una de las vías de solución.

Con todo, no se esperan muchas más noticias hasta después del partido del Espanyol, ya que el club va a dejar pasar unos días más con la visita al difícil campo del conjunto catalán. Después, el volumen de la crisis marcará el devenir de los acontecimientos, con un consejo que sigue en estado de crispación, donde la Fundación hace tiempo que ha dejado de ser un ente grupal en un club muy fragmentado en su propiedad. Alierta, que pasó por un delicado momento de salud el pasado verano, a través de Prado de Altaoja (19,75%), su sociedad, y a su nombre (29,25%), tiene el 49% del capital, mientras que Sainz de Varanda, que posee unas 100.000 acciones y es pequeño accionista, posee un 1,56%. El resto de pequeños accionistas se va hasta un 9,06%, de los que solo el 0,31% y poco más de 20.000 acciones se quedan a nombre de la Fundación Zaragoza 2032. Mientras, los otros tres patronos de la Fundación junto a Alierta, la familia Yarza, con Gredinco, Carlos Iribarren, con Tecnoiragin, y Juan Forcén, con Sport Around The World, se reparten un 13,46% cada uno.