Cristian Álvarez, con su tono sosegado y tranquilo, y con su experiencia de veterano, trató de poner en sala de prensa nombre y apellidos a la crisis. No la eludió, no la maquilló y dejó mensajes claros sobre la actualidad zaragocista. Por ejemplo, que necesitan “un respiro” en forma de triunfo, que no ha visto mala actitud en sus compañeros ni a nadie que no quiera, pero que se debe entender la magnitud del club que se está representando o que, como es normal, les llega ruido externo, pero que deben convivir con ello.

“Es una situación difícil. Estamos en un club grande, en una ciudad muy intensa en cuanto a lo futbolístico y es normal que estemos en una situación comprometida, pero con la confianza de que el único camino es el trabajo y confiando en que podemos revertir esto, salir adelante, pasar un año tranquilo e ir escalando posiciones. Ese es el único camino que conozco y las únicas palabras que debo emplear, que deben ser positivas”, comenzó el meta.

Después, el argentino reconoció que, aunque sea “reiterativo y que suene extraño después de venir de derrota tras derrota”, el choque ante el Espanyol lo van a afrontar “como todos y con la ilusión de poder empezar a tener una alegría”, algo que ya el equipo y la afición “se merece”. De hecho, apuntó que “estamos viviendo momentos de mucha tensión y necesitamos una alegría, un poco de respiro, porque estamos cansados de sumar derrota tras derrota”.

Además, hizo una defensa de la unión de la plantilla al recalcar que “el vestuario no está dividido para nada”, y que se hable de ello, para Cristian, “es una circunstancia más de la situación tan lamentable que estamos viviendo”. Ahora bien, aunque hay buena actitud, quiso hacer entender a los futbolistas que deben saber en qué clase de club están: “Dentro del vestuario no he visto mal rollo, gente que no quiere, que pasa de la situación y que no esté por la labor de entrenar al máximo cada día. Si lo hubiese visto hubiese sido el primero el coger a esa persona, hablarle y explicarle en la institución en la que está. Sin gente es más complicado que caigan en la cuenta de dónde jugamos, pero no me parece justo hablar de esa manera”.

En cuanto al ruido externo, Cristian reconoció que intenta abstraerse, “pero llegar, llega, para qué les voy a engañar”. “Vivo desde hace cuatro años en esta ciudad, conozco a mucha gente y los comentarios llegan por todas partes, pero uno como profesional debe convivir con eso. Estamos en un club grande, en el que se generan muchas emociones, hay opiniones que se cruzan constantemente y gente a la que le caes bien o mal, gente a la que le gustas más o menos. En situaciones difíciles, en las que las cosas no salen bien, eso se magnifica”, afirmó.

Y por último, el portero argentino, que reconoció que físicamente está “bien y perfectamente”, quiere hacer entender a sus compañeros que “una vez que nos marcan no es una derrota, porque parece que todo es una tragedia”, por lo que reclama “tener la cabeza más fresca, algo que no hemos podido hacer en los últimos encuentros”, en los que el equipo fue remontado tras ponerse por delante.