El Real Zaragoza ha logrado hacerse fuerte en La Romareda, donde está construyendo un camino para la salvación, ratificado con cuatro victorias consecutivas, todas sin encajar goles, lo que no pasaba desde el curso 02-03, con Paco Flores en el banquillo. Aún con Iván Martínez superó por la mínima (1-0) al Fuenlabrada y ya con JIM repitió resultado ante el Lugo, superó al Logroñés por 2-0 y venció a la Ponferradina por otro 1-0. Desde la recta final de la 17-18 no ganaba el Zaragoza cuatro partidos seguidos en casa. Lo hizo en la fantástica segunda vuelta con Natxo González que le permitió al equipo ser tercero al final y sumó hasta cinco triunfos seguidos de local, frente a Huesca, Almería, Sporting, Albacete y Valladolid.

El Zaragoza después del parón por la pandemia fue un desastre en La Romareda, lo que le costó el ascenso a Primera, y empezó el curso actual en una dinámica casera similar. Sin embargo, ha cambiado las tornas. La vacía Romareda es tan clave ahora que ha supuesto 19 puntos de los 23 del equipo. Fuera solo lleva el empate en Cartagena y la victoria por alineación indebida en Alcorcón.

Con esa fortaleza en casa, con los 10 puntos de 15 con JIM (Baraja hizo los mismos sobre 30 posibles), el Zaragoza se despertará este sábado fuera del descenso, pendiente de lo que hagan por la tarde el Albacete en Oviedo y el Castellón en Almería, mientras que el Sabadell también le puede pasar el lunes cuando recibe al Logroñés. Pero de momento el Zaragoza respira fuera del pozo tras una victoria vital en una Romareda que, aun silenciosa, es por fin vital para que este equipo no se vaya por el sumidero que supondría el descenso a Segunda División B.