«Pues va a ser un partido precioso con mucho en juego. Lástima que no pueda disfrutarlo la gente en el estadio porque lo tiene todo para pasarlo en grande. Un derbi se vive todo el día». Las palabras de Joaquín Sorribas, eterno capitán del Huesca, en el que militó siete temporadas, anticipan lo que parece ser una opinión generalizada. El derbi entre Zaragoza y Huesca se presenta apasionante a tenor de lo mucho que hay en juego y lo poco que resta para la conclusión de una temporada tan extraña como accidentada. Será, a buen seguro, el duelo más determinante entre ambas escuadras. Un derbi de bandera.

«Por dinámica, el Zaragoza está mejor, pero es cierto que está consiguiendo todos sus puntos fuera de casa y en La Romareda le cuesta más. Ambos se juegan muchísimo», subraya Fernando Soriano, ganador de la Copa del Rey y la Supercopa con el Real Zaragoza en el 2004 y actualmente director deportivo del Ibiza. «Si gana el Zaragoza dejaría al Huesca muy tocado, pero si es este el que consigue la victoria, se meterá de lleno en la pelea por el ascenso directo. Va a estar tan reñido como bonito», asegura.

Aunque, para Soriano, ese paso de gigante que daría el Zaragoza en caso de retener el botín no sería definitivo. «Es cierto que sería un golpe de autoridad y que la probabilidad de ascenso aumentaría, pero en esta categoría tan igualada puedes perder con cualquiera y sufrir mucho si crees que lo tienes todo hecho. Va a ser duro hasta el final».

Soriano, que no cree que haya favorito, destaca la «solidez» mostrada por el Zaragoza a lo largo de la temporada, así como su «gran calidad en los últimos metros», pero advierte que «la ha mostrado más fuera que en casa». Del Huesca subraya que «le ha faltado algo de experiencia para cerrar partidos que tenía encarrilados y eso, que ya le ha costado puntos, le puede penalizar».

Para Ángel Lafita, exjugador del Real Zaragoza en dos etapas diferentes (del 2005 al 2007 y del 2009 al 2012), el choque sí puede llegar a ser decisivo para ambos conjuntos. «Para el Zaragoza porque si gana aumentará la distancia respecto al tercero y para el Huesca porque, si cae, perderá sus opciones de ascenso directo». De hecho, el zaragozano se muestra convencido de que un triunfo de los de Víctor Fernández les dejaría con pie y medio en Primera. «Tendrá medio ascenso ya en el bolsilo, si no más», afirma.

Aunque la pérdida del factor campo obliga a extremar las precauciones. «No preveía que pudiera pasar algo así, pero le está sucediendo a todos los equipos y eso es por algo. Hacerse fuerte en casa de aquí al final va a dar un valor añadido que de momento nadie tiene».

Para Lafita, el Huesca dispone de una mayor amplitud de plantilla. «Está mejor confeccionada y con más fondo de armario», pero el Zaragoza «es más determinante en las dos áreas». En este sentido, considera «clave» adelantarse en el marcador «y no tener miedo ni excesivo respeto desde el primer minuto. Quien vaya a por el partido se lo va a llevar», asevera.

También Jesús Cabrero, exportero del Huesca desde el 2010 al 2012, cree básico marcar primero aunque admite que «veo difícil que el Zaragoza pierda tres partidos seguidos en casa». Para el oscense, se trata de la «última bala» del Huesca para aspirar al ascenso directo, por lo que «es el que más se juega y, si no gana, sería decisivo». En cambio, la victoria zaragocista le dejaría «con pie y medio en Primera», algo que premiaría su regularidad. «Lo he visto bien todo el año y, además, con esa flor o dosis de fortuna necesaria que sonríe siempre a los que ascienden».

Al igual que Cabrero, Sorribas desea el ascenso de ambos equipos. «Sería maravilloso», aunque alerta de que tras el derbi aún quedará mucha tela que cortar. «Tras la pandemia nada es igual. Es más fácil jugar fuera y al local le falta algo y está menos seguro. Eso juega a favor del Huesca, pero en contra lo hace su necesidad de ganar». Para el altoaragonés, no hay favorito. Tampoco para el ascenso. «Quien se crea que tiene todo hecho, se equivocará», advierte Sorribas.