El Real Zaragoza tiene encaminado el fichaje del delantero aragonés Miguel Linares, siempre y cuando acabe desapareciendo el Reus en los próximos días. Tiene 36 años, es natural de Fuentes de Ebro, donde jugó en Tercera División en sus comienzos hasta fichar por el Utebo. Su buen hacer le abrió las puertas del filial del Real Zaragoza, donde estuvo una temporada en Segunda B, pero no llegó a tener nunca la oportunidad de jugar en el primer equipo. Una vez se resuelva la situación con el equipo catalán, que tiene mala pinta, Linares podría jugar en el conjunto aragonés tras una trayectoria goleadora entre Segunda y Segunda B. Ha vestido, además, las camisetas del Huesca, Salamanca, Elche y Real Oviedo.

El Reus posee varios jugadores del agrado de la dirección deportiva, como Gus Ledes, Catena o Vítor Silva, así como el propio Linares. El final del calvario está cerca y, si nada cambia, el aragonés quedará libre y podrá fichar por cualquier club.

La situación en el Reus es insostenible y tiene fecha de caducidad, aunque no es habitual que ocurran casos similares en el fútbol profesional. La plantilla lleva tres meses sin cobrar, el club no responde a sus obligaciones de pago, tiene 16 fichas inscritas (el mínimo para competir) y una deuda de 5 millones que nadie, de momento, quiere asumir. Varios jugadores se quedaron sin inscribir en verano y abandonaron el club, otros como Isaac Cuenca ficharon y la Liga no dejó que fueran inscritos, mientras que los que continuaron no perciben sus nóminas y son conscientes de que el futuro de la entidad es un túnel sin salida.

Los futbolistas del club catalán estuvieron reunidos en Madrid el martes con la Liga y la AFE para barajar las diferentes opciones, por lo que han sido horas para tomar decisiones. El organismo que dirige Javier Tebas está dispuesto a abonar los sueldos para garantizar que hubiera 22 equipos y no desvirtuar la competición, pero el final, igualmente, estaba destinado a un descenso. Si no era deportivo sería administrativo al término de la temporada, con la deuda todavía coleando.

Ante una situación así, la plantilla ha decidido denunciar los impagos a la AFE. Si en cinco días el club no paga, los jugadores rescindirán automáticamente su contrato, por lo que quedarán libres y el club tarraconense desaparecerá. Los jugadores quieren rehacer sus vidas en otro equipo, sin tantas preocupaciones y, como es lógico, tres meses sin cobrar no es plato de buen gusto para nadie.

Existe una pequeña vía de esperanza, pero los plazos corren contrarreloj. Se trata de un grupo inversor de Dubai que se haría cargo de los problemas de tesorería. Ha hablado con el juzgado mercantil de Tarragona, lugar en el que se encuentra el preconcurso del Reus. Puede prosperar o quedarse en nada, pero el culebrón acabará pronto. Entonces, Linares reforzaría al Zaragoza y en los partidos que haya jugado el Reus se mantendrán sus resultados y en los pendientes saldrán ganadores cada uno de sus rivales.