Lucas Alcaraz quedará, hasta que llegue otro (ojalá nunca), como el entrenador de los récords negativos. Desde el primer día ha estado superado por la entidad del club, la situación y una plantilla que tampoco está respondiendo a las expectativas creadas. El bajón pegado con Imanol Idiakez, motivado también por la plaga de lesiones que sufrió, era difícil de superar, pero el granadino lo ha superado.

Es el peor técnico del Real Zaragoza en cuanto a los números desde que Marcos Alonso se hiciera cargo del equipo en las últimas siete jornadas de la 01-02. Tres empates, cuatro derrotas y descenso en Villarreal. Lucas Alcaraz ha sumado cinco puntos de 24. El porcentaje es ligeramente mejor (20% por 19% de Alonso), pero igualmente paupérrimo y vergonzante.

Ha sido destituido tras dejar al Zaragoza en la peor situación de su historia posiblemente contando en la ecuación la deuda, el nivel de juego y confianza del equipo y la posición en la tabla. Son tres jornadas consecutivas en descenso, algo insólito.

Llegó con la vitola de entrenador revulsivo y con dos (lejanos) ascensos a Primera División. Su experiencia en la categoría de plata también era un motivo de peso para apostar por el granadino. En la entidad veían algo de mejora y estaban convencidos de que los resultados acabarían llegando, pero la incapaz ante el Córdoba, ya mostrada en duelos anteriores, fue la primera estocada. En Riazor se refrendó.

No ha conseguido transmitir al campo su estilo de juego y ha dado bandazos con poco sentido en busca de una reacción. Jugó en sus primeros partidos con el famoso rombo, pero en Tarragona cambió a un sistema de tres centrales formando con Carlos Nieto en esa línea, algo que no había hecho en toda su carrera.

Aquel partido de enfermos lo ganó el menos malo, pero fue solo una gota en el desierto. El equipo se ha mostrado incapaz de mejorar. Nunca se ha puesto por delante en el marcador, solo se ha logrado un gol en las últimas cuatro jornadas y de penalti, la producción ofensiva ha sido nula, lo mismo que el juego, sin una idea a seguir y, atrás, ni con cinco ni con cuatro defensas se han conseguido unos números potables.

Ese tono tristón y derrotista se ha trasladado también a sus comparecencias públicas. Siempre apeló a la necesidad de seguir trabajando, pero sin una hoja de ruta clara. Así se mostró también en las alineaciones. Aparte del sistema, jugadores como Diego Aguirre han pasado de la titularidad al ostracismo, Perone ha jugado más de lo demostrado sobre el césped, hubo experimentos como juntar a Delmás y Nieto (que no son centrales puros) en el eje de la zaga, se ha cargado a Zapater y en ningún momento juntó al tridente ofensivo desde el inicio para tratar de generar más. Al final, cinco tristes puntos para una trayectoria en el Zaragoza para olvidar y desastrosa.