No fue un buen epílogo el de la pretemporada del Real Zaragoza. El broche final descafeinado, con falta de tensión competitiva, un bolo veraniego con todas sus letras. Dio la sensación de que el duelo con el Tudelano, un equipo plagado de exzaragocistas y dirigido por otro ilustre exblanquillo como Chema Lumbreras, estaba fuera de lugar, que pegaba más en anteriores fechas. El encuentro fue aburrido y el Zaragoza no ayudó a divertir a los numerosos seguidores blanquillos citados en la localidad navarra. Y para más inri, aunque sirva de poco, perdió por la mínima (1-0). Una pequeña torta para rebajar el subidón tras la llegada de Kagawa.

Víctor Fernández reservó jugadores de cara al inicio de Liga y sacó una versión del equipo también descafeinada, plagada de teóricos suplentes, de segundas espadas. A priori, claro, pero difícilmente más de un par o tres jugarán de inicio contra el Tenerife. Faltaron jugadores como Guti, Dwamena, James, Atienza, Guitián, Zapater y el recién llegado fichaje mediático: Kagawa.

Desde luego, no fue un choque para tirar cohetes tampoco en cuanto a juego. De hecho, posiblemente haya sido el más pobre de una pretemporada, valga la redundancia, pobre y con solo un rival del fútbol profesional. Por ello, cuesta discernir qué nivel actual tiene este Zaragoza.

En cuanto al duelo, el equipo aragonés perdió su chispa y varias de las señas de identidad que tan bien trabajadas tenía, especialmente en ataque. En defensa hubo un único despiste de enjundia y acabó en gol, así que tampoco fue positivo el día atrás. Aun así, lo más preocupante, en un duelo en el que cabe remarcar que hubo cierta falta de tensión competitiva, es que el Zaragoza se nubló a la hora de acercarse a la portería rival.

Le faltó mucha velocidad en la circulación de balón, las imprecisiones se adueñaron en los pases, no hubo apenas verticalidad y la combinación entre líneas que tan bien ejecuta el conjunto de Víctor Fernández se desinfló como un globo. Solo se acercó con cierta soltura a través de las bandas, pero ninguno de sus integrantes estuvo fino a la hora de ejecutar los centros ni los pases con la precisión necesaria. La versión B del Real Zaragoza no funcionó ayer.

Leve mejoría / En la primera parte, el cuadro blanquillo no tiró a puerta. Y el resto de lanzamientos, como los de un león sin dientes. El primer susto lo dio el Tudelano a los cuatro minutos de encuentro con una falta lateral mal defendida que remató Obi en semifallo. El segundo, mediado el primer tiempo y tras unos minutos de escasa calidad futbolística, acabó dentro.

Solo tuvo dos despistes la zaga blanquilla y, el segundo, fue castigado con gol. Grippo salió de su posición a la banda derecha y entró a Diego Suárez, que le dribló y centró. En el segundo palo le ganó la tostada David Soto a Lasure y cabeceó el cuero a la red.

Desde entonces, más de lo mismo hasta el intermedio. Mucho centrocampismo, poca verticalidad y un sinfín de acciones desacertadas. No era el día. En ataque no hubo noticias del Zaragoza hasta que Bikoro remató bastante alto de cabeza un centro de Eguaras tras un córner y un tiro muy forzado de Baselga que detuvo el meta local.

El paso por los vestuarios no espabiló al Zaragoza, al menos hasta los cambios. El Tudelano poco a poco se fue echando atrás, invitando al conjunto aragonés a tirar de imaginación para salvar su muro. Pero nada. Hubo momentos en los que Bikoro se multiplicó y pareció el mejor de los integrantes zaragocistas. Hiló fino en la destrucción, su fuerte, y trató incluso de llevar la batuta organizativa.

La entrada de Pombo y de Luis Suárez le dio otro aire al conjunto aragonés. El canterano lo intentó con libertad de movimientos y el colombiano sigue con esa rasmia que le caracteriza y con potencia. Suyo fue el único tiro a puerta del Real Zaragoza en Tudela, un tiro raso y con fuerza, pero fácil para Pagola.

Arrinconó el equipo aragonés al navarro, pero más por la inercia del equipo de categoría superior que se ve por debajo del marcador que por el propio empuje zaragocista. Seguía el atasco generalizado. A las bandas se llegaba con cierta soltura, pero en los últimos 25 metros ya no había ideas ni espacios. Por lo tanto, tampoco ocasiones ni goles que celebrar. Se acabó el fuego de artificio de una pretemporada de exigencia mínima con un duelo aburrido que acabó, para colmo, con derrota. Un manchurrón en el verano blanquillo que no se deberá repetir el sábado ante el Tenerife.

TUDELANO 1

REAL ZARAGOZA 0

Tudelano: Óscar López (Pagola, m.46), Delgado, Meseguer, Lalaguna (Álvaro Navarro, m.60), Iñaki Jiménez (Iker Anso, m.70), Lázaro (Diego Royo, m.46) (Olivas, m.80), Miguel Díaz, Julen Azkue, Diego Suárez (Eneko Zabaleta, m.60), David Soto (Luis Jiménez, m.85) y Obi.

Real Zaragoza: Ratón, Delmás, Lasure, Grippo (Jesús Álvarez, m.46), Clemente (Nieto, m.60), Eguaras (Javi Ros, m.70), Bikoro, Soro (Pombo, m.46), Papu (Luis Suárez, m.70), Álex Blanco y Baselga (Linares, m.46).

Gol: 1-0, m.23: David Soto.

Árbitro: Leo Ollo (Comité Navarro). Sin amonestaciones.

Incidencias: Partido amistoso disputado en el Ciudad de Tudela ante numerosos aficionados zaragocistas.