No ha vivido una temporada fácil James Igbekeme, que en Anduva, probablemente, completó su mejor partido, dejando claro que la paciencia que ha tenido Víctor con él va a acabar dando frutos. Viene de crecida en los últimos tiempos, salvo por esas molestias que le dejaron en el banquillo ante el Fuenlabrada, pero contra el Mirandés, y no solo por el gol, un estupendo y colocado remate tras una gran jugada de Puado, el nigeriano dejó más que nunca en esta temporada la constancia de que puede mostrar el excelso nivel del curso pasado, donde fue la mejor noticia de un Zaragoza gris que peleó por salvarse y en el que la aportación de James resultó vital.

Lo tuvo claro Víctor con él durante todo el verano, sobre todo cuando se marchó Pep Biel al Copenhague. El técnico lo declaró intransferible y el Zaragoza, que tenía una oferta de cuatro millones del Granada por el 50% del pase, lo dejó en la plantilla tras un periodo demasiado movido e inquietante para el nigeriano, que arrancó el curso encadenando molestias musculares, en el recto anterior y en el aductor largo, que lastraron mucho su inicio y le hicieron bajar en su aportación a niveles desconocidos desde su llegara del Gil Vicente en el verano del 2018 en un traspaso por el que el Zaragoza pagó 150.000 euros. El nigeriano en un año valía 20 veces más. Ahora, está en camino de volver a esa cotización.

Dio algún brote verde James en la primera vuelta, sobre todo en el partido ante Las Palmas, pero el despegue ha llegado en el 2020, donde Víctor lo ha ubicado mucho en la banda izquierda, cerrando un triángulo con Guti y Eguaras que hace invencible al Zaragoza a domicilio, ya que con ese triunvirato no se conoce la derrota. Tampoco en Anduva, donde Víctor retocó el dibujo, sacando a James de la banda para formar un trivote en el medio con sus dos socios y dejando el ala izquierda a Burgui y la derecha a Soro.

En esa ubicación James se sintió cómodo, acaparó balón y llegada, la presencia en la medular que deslumbró en su primera temporada de zaragocista. Casi un 70% de pases precisos, tres remates, hasta 17 duelos ganados y tres faltas recibidas adornaron un partido donde James tuvo mucho sitio en la medular, rompiendo líneas con la potencia en la conducción que es una de sus grandes virtudes.

Recalcó Víctor el buen partido del nigeriano, recordando que ha logrado corregir los problemas físicos con los que arrancó el curso y que la regularidad en los minutos que está teniendo le hace ir a más. El técnico lo ha tenido muy claro con James. Por mucho que tocara fondo en algunos momentos, ha tenido la camiseta titular casi fija, en 17 de los 19 partidos que ha jugado, teniendo en cuenta que en la primera vuelta se perdió hasta ocho duelos por diferentes molestias.

El gol, su segundo en el Zaragoza tras el logrado el curso pasado en Oviedo, redondeó una gran noche de James, la mejor del curso, dos semanas después de anunciarse una renovación con mejora de contrato que se le prometió al futbolista en verano, tras no marcharse pese a las varias ofertas que tenía, y que tardó mucho en llegar. Las buenas noticias se le acumulan y, si es capaz de mantener este nivel en la recta final, James es un espectacular refuerzo de cara al ascenso.