Mientras todos sus nuevos compañeros se ejercitaban por segundo día consecutivo en Boltaña, Raphael Dwamena saltó por primera vez al césped de La Romareda en la lluviosa mañana de ayer ante la mirada de unos 150 aficionados que disfrutaron de las primeras virguerías del delantero ghanés. Sin nervios, el ghanés, con una sonrisa en el rostro desde el primer momento en el que pisó el Municipal, se paró para rezar antes de acariciar la bola con mucha calidad técnica y colocársela en la parte trasera del cuello hasta en cuatro ocasiones despertando los gritos de los jóvenes aficionados.

Acompañado de Lalo Arantegui, Dwamena, que llega cedido del Levante sin opción de compra para esta temporada, se mostró realmente ilusionado por llegar al Real Zaragoza. «Estoy muy feliz de estar aquí. Siento una gran emoción de llegar a este club que ha tenido tanto éxito durante su historia», apuntó el africano, que también tuvo la oportunidad de visitar el museo del club nada más aterrizar en la capital aragonesa. «El Real Zaragoza es un club grande. Me di cuenta de su grandeza cuando llegué porque vi todos los trofeos que ha conseguido. Vengo a intentar ayudar al Zaragoza a conseguir más éxitos como ya hizo en el pasado. Lo más importante es luchar por estar en la parte alta de la tabla y volver a Primera División».

Un regreso a la élite que es el objetivo principal del Zaragoza por séptima temporada consecutiva. «Solo hay un objetivo: Primera División», afirmó el africano en sus primeras palabras en castellano con la camiseta blanquilla. La cesión de Dwamena ha sido el principal objetivo de la dirección deportiva del club en este mercado de verano. El Zaragoza fue capaz de convencer al jugador. que contaba con ofertas del fútbol alemán. y se hará cargo de la ficha del jugador, unos 800.000 euros. «Creo que he tomado la decisión correcta. Mantuve una conversación con Lalo antes de venir. Estoy muy agradecido de estar aquí y busco hacer las cosas lo mejor posible», apuntó el delantero.

El sexto fichaje del Real Zaragoza complace las exigencias de Víctor Fernández de un delantero referencia con mucho físico y competirá por un puesto en el once titular junto a Luis Suárez y Miguel Linares. que completan una delantera muy versátil. Dwamena, que puede actuar como ariete en solitario, también sabe adaptarse a la banda izquierda tal como lo hizo Álvaro Vázquez en alguna ocasión el año pasado gracias a su poderío físico. «Lalo y el cuerpo técnico conocen todas mis cualidades. No me importa el puesto donde juegue porque lo más importante para mí es trabajar duro para el equipo para conseguir el objetivo», afirmó el delantero africano de 24 años, que fue presentado sin dorsal y con Raphael a la espalda. El ex del Levante podrá elegir tanto el nueve, que vestirá Soro durante la pretemporada, como el once que han quedado libres después de las salidas.

SIN DORSAL

En su primera aventura en España en las filas del Levante, Dwamena solo consiguió anotar un tanto con la camiseta granota y en sus solamente 216 minutos en Primera. El ghanés despuntó en el Zurich suizo, donde consiguió unas grandes cifras de cara a portería, no bajó de los diez goles en sus dos temporadas, y espera en Zaragoza recuperar el olfato goleador que no tuvo en Valencia. «La vida está llena de altibajos. Como humano debes superar las dificultades y aceptar retos como este que se me presenta ahora. Ni yo esperaba que fuera a tener ese rendimiento la temporada pasada pero es parte del fútbol. Me alegro de que el Zaragoza me haya dado la oportunidad para disfrutar de este deporte y espero ayudar al máximo al equipo», sentenció.

Tras su presentación, el internacional por Ghana se desplazó hasta Boltaña para incorporarse al stage del club aragonés y ya se puso a las órdenes de Víctor Fernández en la segunda sesión del día. «Es bonito compartir vestuario con otros jugadores africanos. Va a haber una buena conexión entre nosotros y creo que pueden ayudarme para conseguir una adaptación rápida porque ellos hablan mi idioma», señaló Dwamena que formará el clan africano junto a Bikoro y James Igbekeme.