Más de una década ha pasado desde que Víctor Fernández abandonara el Real Zaragoza en su segunda etapa como entrenador. Fue en enero del 2008, tras regresar una temporada antes. En esa primera campaña, el equipo se clasificó para la Uefa. Sin embargo, una escuadra que miraba con ambición las cimas europeas acabó en la siguiente temporada en el pozo de Segunda, meses después de su marcha y tras el paso de otros tres técnicos. Una época convulsa, como esta, pero muy distinta en prácticamente todo lo demás. Lo que sí está claro es que en su vuelta pesan mucho más los recuerdos de los 90 que los de aquellos días. Antiguos técnicos, exjugadores y aficionados ven con buenos ojos su regreso, de gran carga emocional, pero fijan la vista en la necesaria reacción de la plantilla.

«Es la última bala a la que se agarra el club», señala el exportero Andoni Cedrún, quien espera que su llegada pueda ser un revulsivo. «Es una persona que conoce lo que es esto, el Zaragoza y su entorno; es alguien capacitado para poder hacerlo», afirma sobre el reto. No obstante, recuerda: «Es ilusionante si la bolita entra, el fútbol es así». Así, juzga como «fundamental» que la plantilla crea y que se reactive el equipo, mientras que el trabajo de Fernández habrá de pasar por «sacar provecho de estos jugadores», una plantilla con un perfil distinto a la de «Aragón y compañía».

Un entrenador «con experiencia, identificado con el equipo y con la ciudad. En principio, es mucho lo que puede aportar». Así lo ve Miguel Pardeza, el exfutbolista y directivo que coincidió con Fernández en su segunda etapa, quien considera que este regreso es una apuesta «que tiene sentido», puesto que «reúne suficientes ventajas para apostar por él». Así, ve como una «ventaja» que sea de la casa y no ve inconveniente en que lleve años sin estar en un banquillo: «A nadie se le olvida entrenar, apostilla. No obstante, destaca la importancia de los jugadores y que la plantilla «tome conciencia de la situación».

Parecido enfoque es el del exentrenador Manolo Villanova, ya que considera que los que han de ser el revulsivo son los futbolistas. Al respecto, ve en su llegada «un acicate» para la plantilla. «Él está preparado y ahora son los jugadores los que tienen que dar todo en el terreno de juego», considera, mientras califica como «una buena noticia para el club» su vuelta.

ILUSIÓN EN LA GRADA

«Con Víctor Fernández siempre vienen los buenos recuerdos del Zaragoza», recalca el presidente de la peña La Almozara, Ismael Tornos. «Que vengan de los tuyos a ayudar siempre ilusiona», señala, mientras añade con cautela que es algo que «puede salir bien o salir mal». Sobre el reto al que se enfrenta, subraya que el equipo «se ha venido más abajo mentalmente que otra cosa» y ahí ve en las habilidades comunicativas de Fernández una baza útil.

«Es una persona única dentro del zaragocismo y, en un momento en el que todo anda muy resquebrajado, se necesita una figura que tenga un consenso», reflexiona el seguidor blanquillo Carlos Berdiel, quien espera que el entrenador «sepa sacar lo mejor de cada uno». «Sirve para atenuar la reacción de la grada. La afición está muy enfadada y el fichaje de Víctor creo que puede levantar el ánimo», afirma el socio Óscar Ferrer, quien matiza que el revulsivo ha de venir «con 4 o 5 fichajes titulares y que los jugadores clave vuelvan a coger la forma».