Se marcó Víctor Fermández desde su llegada al Zaragoza el reto público de salir cuanto antes de la quema, de escapar del peligro de descenso. Seis jornadas y 11 puntos de 18 después, el equipo ha dado un paso adelante, ha mejorado en muchos aspectos y ha puesto tierra de por medio con la zona de peligro, en la que estuvo metido de lleno cuando el técnico zaragozano hizo de improvisado médico en la UVI, con las llamas del infierno en todo lo alto. En Lugo y ante un rival directo en esa lucha (20.30 h.), el reto es ganar para poner aún más distancia que los 5 puntos que ahora tiene el Zaragoza con el Extremadura, que marca el peligro. Dado que el Anxo Carro aún no ha sido conquistado por el conjunto aragonés, el reto es, pues, doble.

Las sensaciones, los números con Víctor, la igualdad de la categoría y las muchas jornadas que restan, hasta 17 si se cuenta la de hoy, invitan a ser optimistas con mirar hacia arriba y quien más quien menos lo hace en el club, pero no se quiere decir en voz alta y se apuesta primero por andar para después ver si alcanza a correr. Y andar en este caso es huir, alejarse de la quema. Cuestión de prioridades, está claro.

El Zaragoza sale en el Anxo Carro con el regusto amargo del empate en Las Palmas, donde tras un mal comienzo se le puso todo de cara para llevarse un botín que hubiera sido un tesoro por el rival y la magnitud de la victoria. Ahora, en Lugo, con el condicionante de dos pesados viajes y de más de 5.000 kilómetros en esta semana con las maletas a cuesta —las cosas de LaLiga, ya se sabe—, el objetivo es hacer bueno ese punto en el estadio de Gran Canaria con un triunfo que en la práctica supondría alejar de forma casi definitiva todos los fantasmas del miedo al descenso.

Con ese condicionante de los viajes que han roto la semana de entrenamientos y con las numerosas bajas (Papu, Guti, Álex Muñoz, Lasure, Grippo…), no parece que Víctor vaya a tocar mucho el equipo. Benito apunta a regresar al lateral derecho por Delmás tras superar una contractura que le dejó en el banquillo ante Las Palmas. Sería el único cambio en el once. Verdasca seguiría en el eje pese a su error en el último partido y Dorado debería esperar turno un poco más, aunque su titularidad en la zaga parece cuestión de tiempo, de poco tiempo. El técnico, que ya avisó que no es amigo de alborotar mucho las alineaciones si no hay motivo suficiente, recupera para la causa a Javi Ros, que hoy empezaría en el banquillo y lanzó un claro mensaje a Marc Gual con su descarte.

Con Álvaro Vázquez cada vez mejor de sus molestias y con la baba de gol en todo lo alto, con el Zaragoza en clara mejoría de fútbol, en capacidad de generación de jugadas y de ocasiones de peligro y con la muestra que deja cada partido de vivir cerca de la victoria, al equipo le faltan aún cosas, claro. Vive todavía altibajos acentuados en los encuentros y no consigue dejar su portería a cero, además de que casi siempre se le adelanta el rival.

UN RIVAL EN CRISIS / Hoy, el enemigo es el Lugo, solo un punto por detrás de los zaragocistas en la tabla, que tiene las bajas de los laterales Serge Leuko y Luis Ruiz y con Sergio Gil, de pasado en la cantera zaragocista, como probable titular aunque Alberto Monteagudo, su técnico, planea cambiar la defensa de tres centrales por un 4-2-3-1. El club gallego ha vivido este invierno una revolución en la plantilla, con siete salidas y seis llegadas. Solo quedan cuatro refuerzos del pasado verano, lo que habla tan mal del director deportivo que el club le dio la carta de despido a Emilio Viqueira esta misma semana. El Lugo es mucho más fuerte en su feudo, donde lleva cinco partidos sin perder, que fuera de casa. Ese fortín donde nunca antes ha ganado tiene que asaltar el Zaragoza, al que su rival le superó fácil en la primera vuelta por 0-2. Hoy la historia debe ser distinta para un equipo que lleva tres salidas sin perder y que suma trece puntos fuera de casa para ser el sexto mejor visitante. A ver si hoy aumenta ese bagaje...