La extraordinaria sangría que viene sufriendo el Real Zaragoza en forma de lesiones no es nueva. Hace ya varias temporadas que las dolencias, sobre todo en forma de roturas de fibras, sacuden con insistencia al equipo aragonés, si bien la incidencia está siendo especialmente alta en la actual campaña. De hecho, hasta 16 componentes de la primera plantilla han sufrido algún percance desde el pasado verano, lo que supone más del 60% de la plantilla, compuesta actualmente por 27 jugadores incluido el recién llegado Guitián. Es decir, apenas once futbolistas se han librado de algún percance físico serio. Espeluznante.

Todo comenzó torcido. Las pubalgias de Eguaras y Guti obligaban al primero a un tratamiento conservador y al segundo a pasar por el quirófano. Ninguno de ellos, pues, realizó la pretemporada. Tampoco Toquero, que apareció en muletas por la Ciudad Deportiva tras haberse sometido a una astroscopia. El vasco, sin embargo, no solo no se ha recuperado sino que, salvo improbable sorpresa, anunciará su retirada en las próximas semanas.

Tras apenas unas horas de trabajo comenzaron a llegar las malas noticias en forma de roturas de fibras, sin duda, la lesión por excelencia en el Real Zaragoza de las últimas temporadas tras haberse diagnosticado ya once. Primero fue Zapater, que nunca antes había sufrido una dolencia de este tipo y Lasure y Papu no tardaron en añadirse a la lista de caídos en combate como consecuencia de una lesión que les dejaría sin una pretemporada óptima.

En los cuatro meses de competición han caído otros diez futbolistas, la mayoría también por roturas de fibras que, generalmente, han provocado ausencias de entre tres semanas y un mes. La última en producirse ha sido la de Álvaro Vázquez, la segunda de la temporada y que no le permitirá estar en el partido del sábado ante el Sporting. Benito y Cristian, que también sufrieron este mismo problema en Riazor, podrían reaparecer en El Molinón.

Además, James, Marc Gual, Javi Ros y Buff también han padecido roturas de fibras. Medina sufrió una contractura en pretemporada, Álex Muñoz (que también fue baja un partido en octubre por una afección gástrica) no viajó a La Coruña por molestias musculares y Papu se perdió tres meses por otro percance distinto al que sufrió en verano. Con todo, la lesión más grave ha sido la de Grippo, operado del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, y que se perderá el resto de temporada.

SOLO POMBO

Así, solo un titular indiscutible, Pombo, se libra hasta ahora de las temidas lesiones. Junto a él, Ratón, Perone, Delmás, Raí, Aguirre, Biel, Soro, Nieto y Verdasca (que se retiró al descanso en Albacete por problemas intestinales) y el recién llegado Guitián son los únicos integrantes de la plantilla que se han salvado de la quema.

Resulta difícil de explicar a qué se debe semejante cantidad de problemas físicos. Desde algunos sectores (lo hizo Idiakez) se apela al mal estado de los campos de entrenamiento, si bien hay quien cuestiona seriamente la preparación física programada por el técnico vasco así como el diseño y carga física de la pretemporada. En todo caso, los expertos advierten de que las causas de las lesiones son multifactoriales, es decir, no obedecen a una sola razón. Entre ellas podría figurar alguna de las cuestiones anteriores, pero también influye decisivamente el cuidado personal (alimentación o hábitos de comportamiento, principalmente) de cada jugador y también la coordinación entre los distintos servicios que intervienen en el diagnóstico y tratamiento de lesiones.

Precisamente, este último aspecto viene siendo también cuestionado desde algunos sectores, que critican que, desde hace años, todas las parcelas (fisioterapeuta, recuperadores o servicios médicos) están demasiado diferenciadas y apelan a la necesidad de una mayor cohesión y que vayan en la misma dirección para evitar que el jugador se incline más hacia uno u otro a la hora de seguir las directrices señaladas para su recuperación.