Hacía casi un año que el Zaragoza no enlazaba dos victorias consecutivas. En el campo, porque lo hizo esta misma campaña gracias al triunfo obtenido en los despachos como consecuencia de la alineación indebida del Alcorcón una semana antes de derrotar por la mínima al Albacete en La Romareda. Pero los triunfos conseguidos frente Ponferradina y Málaga suponen acabar con una racha que venía persiguiendo a los aragoneses desde antes de la irrupción de la pandemia. La última vez que ganó dos encuentros consecutivos fue en febrero del 2020, cuando derrotó, el día 15, al Elche (1-2) y el 23 al Deportivo (3-1). Poco después, todo se echó a perder.

Esos dos triunfos seguidos eran una asignatura pendiente que JIM quería superar cuanto antes, tal y como reconoció en la previa del duelo ante el Málaga. Solo así, insistió el técnico zaragocista, el equipo crecería de acuerdo a lo que él pretendía, a través de la confianza y la seguridad, Objetivo cumplido.

Además, los tres puntos sumados en La Rosaleda permiten iniciar el camino que debe dejar atrás la consideración del Zaragoza como el peor visitante de Primera y Segunda. Para romper el maleficio, eso sí, el equipo aragonés debió marcar dos tantos por primera vez esta temporada fuera de casa. De hecho, en Málaga anotó tantos goles como los que había conseguido a lo largo de toda la temporada lejos de La Romareda. Solo Narváez y Azón habían levantado los brazos hasta ahora en los duelos disputados en Ponferrada y Cartagena. y solo el del canterano sirvió para puntuar. Ayer, James y Vigaray rompieron otra dramática dinámica.