Solo la irrupción de Borja Iglesias hace dos temporadas, con las expectativas que había en el delantero gallego y lo que ya apuntaba desde el principio, es comparable a lo que ha generado Raphael Dwamena en solo tres días de trabajo con el Zaragoza en Boltaña, tanto por lo que exhibe en el campo, con una descomunal eficacia de cara a puerta en cada sesión, como lo que muestra fuera de él, donde ya ha conquistado a Víctor, al cuerpo técnico y al resto de la plantilla, ya que nadie esconde que en el internacional ghanés cedido por el Levante hay un delantero que puede ofrecer muchos goles y un muy buen rendimiento.

Dwamena ha caído de pie en el Zaragoza, en cada entrenamiento muestra su capacidad goleadora, su buen tino en la definición. Ayer, en la sesión matutina, fue de largo el que mejor cualidad exhibió a la hora de definir, ya que apenas falló en los mano a mano que tuvo, siempre disparando colocado y sin dudas. El ariete también aprovecha cualquier pausa en el trabajo para mostrar equilibrios con el balón pegado a su cabeza y se ha integrado a la perfección en el grupo. Habla algo de castellano, que entiende perfectamente, inglés y alemán y estos primeros días no solo se centra en dialogar con los también africanos Igbekeme y Bikoro sino que se le ve compartir ratos con otros futbolistas de la plantilla.

La predisposición al trabajo, la humildad y la capacidad futbolística de Dwamena han conquistado también a Víctor, que desde el primer día se mostró muy ilusionado con su cesión desde el Levante. El entrenador está confirmando todos los informes que tenía del ghanés, también en su vertiente personal.

En Dwamena habita una persona humilde y de profundas creencias religiosas. En Valencia acudía cada semana dos veces a estar con los jóvenes del Evangélico, club que conoció a través de su religión y en el que a más de 100 chicos en situación de dificultad se les ayuda para salir adelante. El presidente del Evangélico es José Enrique Sánchez, padre del exjugador del Zaragoza. Raphael ya ha pedido a Salva, hermano del exzaragocista, información sobre cómo puede hacer una labor similar en la capital aragonesa.

Y, pese a su timidez, también es de los jugadores que hace grupo. El jueves por la noche le tocaba a él pagar el precio de la novatada ante sus compañeros y se lanzó con varios bailes africanos que fueron coreados por el resto de la plantilla y a los que se unió Bikoro, que el martes por la noche también había exhibido esa faceta en el peaje de los nuevos en un dúo que fue jaleado a voz en grito tras la cena.