Fue un mazazo en toda regla. Dwamena interrumpe la práctica deportiva por una afección cardiaca que amenaza su carrera futbolística. El jugador, que será sometido a nuevas pruebas médicas en las próximas horas, aparca el fútbol para abordar un problema que ayer envolvió en estupor y preocupación al zaragocismo.

Las alarmas comenzaron a saltar cuando el delantero no participaba en la sesión de entrenamiento programada por Víctor Fernández . Nada, en todo caso, hacía presagiar lo que más tarde anunciaría el club en un escueto comunicado. «Los servicios médicos del Real Zaragoza han detectado durante el desarrollo de unas pruebas médicas un problema de salud en el futbolista Raphael Dwamena que le impide, de momento, la práctica deportiva. El jugador se someterá a nuevas pruebas para especificar el alcance de su dolencia. El Real Zaragoza confía en una pronta y total recuperación de Raphael Dwamena».

El presidente del Real Zaragoza, Christian Lapetra, había acudido a la Ciudad Deportiva para comunicar personalmente a la plantilla el problema de salud detectado en las pruebas médicas a las que había sido sometido Dwamena. Junto al director deportivo, Lalo Arantegui, Lapetra trasladó la noticia al vestuario en una breve reunión de apenas tres minutos previa al inicio de la sesión preparatoria. A su término, los semblantes serios de los jugadores advertían de que algo no iba bien. Durante el entrenamiento, apenas hubo palabras más allá de las proferidas por el preparador físico, Javier Chocarro, al dar las pertinentes instrucciones de cada ejercicio. Especialmente afectado parecía Bikoro, buen amigo de Dwamena, que hoy ya no se ejercitará con sus compañeros al tener que viajar para jugar con su selección.

El problema es coronario. El jugador, que visitará a diversos especialistas de corazón, primero en Barcelona y después en Zúrich, en Suiza, para saber si puede seguir en la práctica del fútbol, tiene implantado un holter desde hace unos años, que es un pequeño dispositivo que registra y almacena el funcionamiento cardiaco del paciente y en las últimas semanas había dado índices muy altos de frecuencia cardiaca, por lo que los servicios médicos del Zaragoza y el propio jugador han decidido parar la actividad y consultar a diversos especialistas para ver si puede seguir jugando al fútbol.

Así, el futbolista tiene previsto desplazarse el jueves a Barcelona y después a Suiza, donde ya estuvo jugando en el Zúrich para obtener otras opiniones. Dwamena, que está cedido en el Zaragoza por el Levante, ya vio cómo se frustraba su fichaje por el Brighton inglés en el verano del 2017 al no pasar la revisión médica por esa afección cardiaca. Sin embargo, cuando el Levante lo fichó en el 2018 por 6,4 millones de euros, para ser el segundo fichaje más caro de su historia tras Vukcevic, le hizo someterse a varias pruebas médicas que señalaron que podía jugar al fútbol sin problemas con ese dispositivo. Ahora serán unos nuevos exámenes médicos los que dictaminarán si Dwamena puede continuar en activo y, en ese caso, cuándo podría hacerlo.

La noticia causó un profundo impacto en el Real Zaragoza, donde Dwamena es un jugador querido y apreciado por sus compañeros, cuerpo técnico y resto de la entidad, que conocía el problema del jugador desde que el Levante, club que posee sus derechos y que lo cedió al Zaragoza, así se lo comunicó el pasado mes de julio, cuando se consumó su fichaje por el conjunto aragonés. De hecho, el contrato de Dwamena con el Zaragoza incluye un seguro médico que cubre la ficha del delantero -alrededor de 800.000 euros-.

A expensas de conocer los resultados de las pruebas, el Zaragoza está abocado a aguardar para acometer cualquier actuación en su planificación deportiva. La pérdida de Dwamena, en todo caso, supone un problema mayúsculo para un equipo en el que el ghanés siempre había sido titular desde que aterrizó procedente del Levante, club que desconocía hasta la mañana del miércoles los resultados de esas últimas pruebas médicas que advirtieron de la alteración en la frecuencia cardiaca del jugador.

Si la enfermedad de Dwamena le obliga a permanecer durante un largo periodo fuera de los terrenos de juego o, en el peor de los casos, le aboca a la retirada, el Zaragoza estará autorizado para salir al mercado en busca de un sustituto siempre que un certificado médico exponga que el africano estará más de cinco meses fuera, plazo en el que está establecida una lesión de larga duración. En ese caso, el club aragonés solo podría acudir al mercado español o al del paro, tal y como recoge la normativa, es decir, opciones como la de Rafa Mir, el delantero del Nottingham Forest al que pretendía el Zaragoza en verano y que estaría dispuesto a salir de Inglaterra al no estar disponiendo de muchas oportunidades, quedaría descartada por inviable. Sergio García, también deseado, sigue sin equipo aunque apunta a la retirada.

Hasta conocer el alcance exacto de la dolencia de Dwamena, el Zaragoza está abocado a suplir su ausencia con los efectivos disponibles en la plantilla. Es el caso, por ejemplo, de Linares, que todavía no ha participado en lo que va de temporada y que es uno de los habituales descartes de las convocatorias. Además, Víctor también cuenta con la opción de Pombo -más delantero que medio para el técnico- y de Baselga, el ariete del filial que gusta mucho al entrenador.