Las primeras palabras de Mikel González como futbolista del Real Zaragoza sonaron a experiencia, compromiso y sensatez. El vasco, que fue presentado ayer en la sala de prensa de La Romareda, llega para poner el candado a la defensa, la quebradiza línea que ha estropeado desde la pretemporada los primeros planes de Natxo González. Hombre veterano y tranquilo, aterriza en el equipo aragonés después de jugar once temporadas en la Real Sociedad y pasar el verano esperando una oferta de superior categoría. No apareció ningún equipo de Primera, como bien admitió el guipuzcoano, que ha firmado un contrato de dos años ampliable a un tercero. No obstante, explicó que ha elegido «100% convencido» el Real Zaragoza. «Si no lo estuviera, no lo habría hecho», afirmó.

González fue una de las primeras prioridades del Zaragoza para el centro de la defensa, aunque su llegada estuvo aparcada en algún momento, ya que en el club se consideraba que la defensa estaba cerrada con Grippo, Valentín, Verdasca y Zalaya. El fútbol sobre el terreno alteró los planes y obligó a Lalo Arantegui a dar marcha atrás y aprovechar la fluidez en la relación con el exfutbolista de la Real y sus agentes. «Hemos estado en contacto todo el verano. Quería esperar a ver si tenía alguna opción de Primera División. Al ver que no cogía forma, por el interés que han tenido en Zaragoza y por lo que me han propuesto, que me conocen y saben lo que quieren de mí, me he decantado por venir aquí», manifestó el futbolista nacido en la localidad guipuzcoana de Mondragón.

El central, que será titular sin duda en cuanto se ponga a punto, sabe que va a ser considerado un futbolista de referencia pese a ser un recién llegado. Las exigencias empezarán bien pronto en su caso. Las entiende y las asume con naturalidad. «No he jugado ningún partido como profesional sin tener presión o sin ponérmela yo mismo. Puedo prometer trabajo, ponerme bien cuanto antes y estar a disposición de lo que necesiten, como he hecho en toda mi trayectoria».

Habrá que esperar unos cuantos días para ver sobre el césped a Mikel González, que no se ha entrenado en grupo desde que acabó la pasada Liga con la Real. «Llevo tres meses sin entrenarme con equipo. Por mi cuenta sí que he estado haciendo cosas, pero no tengo dinámica. Me falta la adaptación al trabajo de equipo. Vengo a aportar lo que tengo, no entiendo este deporte de otra manera que no sea darlo todo. De momento, no me marco un plazo para competir, iremos viéndolo día a día, aunque espero que sea pronto», explicó el defensa, que por primera vez en su carrera profesional jugará lejos de Anoeta. «Quería salir y ver. Por el momento lo llevo todo con naturalidad. Todo lo que me he encontrado ha sido positivo. Me están ayudando en todo, es lo que esperaba. Si he elegido el Zaragoza es 100% convencido. Si no, no lo habría hecho».

Lo terminaron por convencer Alain Oyarzun y Javi Ros, con quienes coincidió en diferentes momentos en el club donostiarra. «El único contacto que podía tener aquí dentro era por ellos. Me han hablado bien del club y de la ciudad. Es un equipo joven que se está construyendo, que tiene un hambre brutal. No puedo hacer un análisis profundo, pero sí veo esa ambición por parte de todos».

Mikel González ya pasó un periodo en Segunda en San Sebastián, entre el 2007 y el 2010. «Con la Real descendimos y nos costó tres años subir. No sé si se puede comparar aquella etapa con esta, aunque eso quiere decir que en Segunda hay igualdad, que hay que sacar muchos puntos para conseguir ese objetivo. Pero tener ese aliciente es precioso. Mis mejores momentos fueron cuando subí con la Real, no ha habido otros iguales. Ese premio es bonito y en eso hay que enfocar toda la temporada. Con paciencia, por supuesto, porque esto va ser muy largo y hay muchos partidos, pero esa ilusión tenemos que marcárnosla».