Llueve menos, pero aún no escampa.

Estamos bien y tranquilos en la medida en que se puede estar dada la situación en que nos encontramos. Sabemos que salir adelante depende, sobre todo, de nosotros, más allá de los resultados de otros rivales porque nosotros somos los que jugamos y el equipo está fuerte mentalmente. Hemos mejorado bastante y ahora es cuestión de dar un salto más y sacar algo fuera de casa, donde ya toca ganar. En la medida de lo posible, estamos tranquilos.

Cada jugador que realiza declaraciones públicas resalta la influencia de JIM en la mejoría anímica del grupo. ¿Qué les ha dado?

Vino con una mentalidad bastante positiva y con muchísimas ganas de sacar esto adelante. Su forma de ser le hace mucho bien al equipo porque, realmente, estábamos bastante tocados antes de su llegada y ha sabido trabajar esa parcela. Ha sido fundamental.

Pero ¿qué les dice? ¿Son todo halagos y buenas palabras?

A ver. Hay halagos, pero no se pasa. Cada uno sabemos las cualidades de unos y de otros, aunque sí que, por su forma de ser, hay cierto cachondeíto. Pero mucha gracia y broma, pero te mete cuando debe hacerlo. Es decir, una de cal y otra de arena. Risas, pero te aprieta sin que te des mucha cuenta. Lo camufla. Trabajas fuerte pero con una sonrisa en la cara, eso es.

Y eso el futbolista lo agradece, claro.

Sí, porque somos conscientes de la situación y somos profesionales que suben cada día a la Ciudad Deportiva o a La Romareda a trabajar, no de cachondeo. Hay que sacar esto entre todos, pero es mejor hacerlo con alegría y felicidad.

¿Antes estaban demasiado tensionados? ¿Tristes?

Puede ser. Es que empezamos regular y cuando te metes en una dinámica negativa y las cosas no salen, lo vas pasando mal. Era un día sí y otro también que nos caíamos en el minuto 60 o 70 de un partido por algún fallo y tocaba ir de nuevo a contracorriente sin ser capaces de remontar. Y eso hacía mella. Hasta que tuvimos la suerte o el club tuvo el acierto de incorporar a JIM y todo ha cambiado a mejor.

Quién le iba a decir a usted todo esto cuando fichó, con el equipo disputando el ‘playoff’ de ascenso a Primera…

Al final ya sabemos cómo es el fútbol. Una temporada estás arriba y otra puedes estar abajo. La idea que tenía la plantilla era la de aspirar al ascenso, pero la situación actual es otra bien distinta y no queda otra que pensar en sacarlo cuanto antes.

Su incorporación fue un sueño cumplido por Lalo Arantegui, el anterior director deportivo y quien lo había llevado al Huesca. Intentó su fichaje varias veces hasta que finalmente lo logró.

Es cierto. Ya lo conocía de mi anterior época en el Huesca y hubo contactos cuando estaba en Israel, pero era imposible salir cuando estaba casi recién aterrizado. No era plan. Luego hubo contactos más serios y, como yo tenía complicaciones allí con el tema de la familia, la idea era salir y venir al Zaragoza porque Lalo tenía muchísimas ganas de que viniera y mucha fe en mí. Y yo también quería regresar a España, así que, cuando surgió la opción no me lo pensé. El Zaragoza no es cualquier equipo y vine muy contento y con mucha ilusión. La misma que sigo teniendo.

¿El Huesca intentó que volviera?

Tuvimos algún contacto que otro, pero en el fútbol cuando no se llega a un acuerdo hay que mirar por otro lado y centrarte en tu bienestar.

¿Cómo es la vida y el fútbol en Israel?

Fui por una cuestión familiar y me volví por lo mismo. Era una oportunidad para conocer esa Liga, me ofrecieron un buen contrato y yo tengo que mirar por mi familia y mi futuro. Creía que era lo mejor. Del mismo modo que lo pensaba cuando decidí volver. Mi familia está por encima de todo. Al final, la cultura es bastante diferente y cuando además tienes el hándicap de idioma, y yo el inglés no lo manejaba nada, vas arrastrando todo eso. Es complicado hacerte entender con tus compañeros y cuesta un poco adaptarte a todo. También futbolísticamente, pero acabas encajando y personalmente acabé muy contento. Tuve la suerte de conquistar títulos y es algo muy bonito.

¿Le dolió el despido de Lalo?

Fue un golpe duro, sí. Me dolió porque tenía buena relación con él. No hablábamos todos los días ni mucho menos, pero él insistió mucho en mi llegada y confiaba mucho en mí. Me sentí bastante fastidiado con su marcha sí, y también porque en esa época no había podido ayudar al equipo como a mí me hubiera gustado debido a las lesiones.

No empezó con buen pie, no.

La lesión me empezó a dar problemas al principio y, cuando debuté en Leganés, me volví a lesionar. Encadenas un percance tras otro, el equipo está mal y echan a la persona que más confiaba en ti y que fue clave para que yo llegara al Zaragoza, así que todo se hace cuesta arriba, pero hay que superar esas situaciones. Ahora estoy bien, con más confianza.

¿Llegó a temer que la situación fuera irreversible?

Llega un momento en que te entran dudas. Es eso más que miedo. Ves que una jornada tras otra vuelves a caer y que los demás suman y es duro. Porque esto va de sumar y nosotros no lo hacíamos, pero casi prefiero ni recordarlo.

¿Y se arrepintió de haber venido?

La verdad es que nunca te esperas una situación así, con tres entrenadores en apenas unos meses. No vienes con esa idea, pero al final lo tienes que asumir y llevar lo mejor posible. Somos nosotros los que tenemos que tirar de pico y pala todos los días para salir de esta más allá de un entrenador u otro.

¿En quién se apoya Jair en los malos momentos?

Me lo trago mucho, pero mi casa y mi familia me dan otro aire. Mis hijos me aportan mucha felicidad porque siempre están jugando y me distraen bastante. Y mi mujer me aporta lo que nadie más sabe. Ellos están a gusto aquí a pesar de la situación de crisis sanitaria que impide movernos mucho, pero mis hijos son súper felices y mi mujer está contenta en Zaragoza. Y la felicidad de mi familia es la mía.

Este Zaragoza es el segundo que menos goles encaja de toda la historia del club y lucha por no bajar a Segunda B. Está claro que el problema no está en defensa.

Al final, esto es un conjunto y no somos solo cuatro o cinco defensas los que defendemos y evitamos los goles, sino que el trabajo de todo el equipo es la hostia. Hay que mejorar el aspecto ofensivo, sí, pero no es cuestión tampoco solo de los delanteros. Mire la que tuve yo en Albacete, era una ocasión clara para que al menos el remate fuera a puerta y no fui capaz de dirigirlo bien. Y eso penaliza, aunque no puedes estar todo el día llorando por eso. Somos realistas, sabemos que nos cuesta hacer gol, y precisamente por eso te tienes que hacer aún más fuerte defensivamente y sacar la máxima rentabilidad a los goles que hagamos.

Hábleme de Francés.

Estoy bastante a gusto jugando con él y creo que hacemos buena pareja. Al final, los números están ahí y yo trato de transmitirle tranquilidad, seguridad y mi experiencia. Se trata de ayudarle en lo que pueda para que siga creciendo. Es muy joven pero tiene cualidades y poderío para estar ahí.

¿Quién le ha sorprendido más?

Chavarría tiene mucho hambre y calidad. Está ofreciendo un rendimiento espectacular. Y Bermejo me gusta muchísimo porque tiene ese punto de alegría arriba que necesitan todos los equipos. Pero debe seguir trabajando y nosotros tenemos que seguir tratando de explotar sus cualidades.

Acaba contrato en el 2022. ¿Cómo se plantea la vida a partir de entonces?

Soy de los que viven el día a día y no voy más allá. Trato de estar lo más contento posible hoy y mañana ya veremos qué hacemos.

De momento, ganar en Málaga el domingo, que ya toca, ¿no?

Así es. Es la hora de ganar al fin fuera de casa y para ello estamos trabajando esta semana de forma brutal. Sacar tres puntos fuera de casa daría ese oxígeno necesario para luego seguir ganando en casa, donde estamos obligados a vencer cada partido para conseguir ese colchón que necesitamos.

¿Con qué sueña?

Profesionalmente, trato de llegar a mi sueño, que es alargar mi carrera lo máximo posible y disfrutar de lo que más me gusta y mejor hago, que es jugar al fútbol. Y, personalmente, sueño con disfrutar de mi familia, ver crecer a mis hijos y que sean felices.

Nació en Portugal, sus padres son de Cabo Verde y usted es natural de Villanueva de la Serena. ¿De dónde se siente?

Me siento de aquí, español, de toda la vida. Con 5 años ya estaba en España así que lo tengo todo aquí, aunque es verdad que le tengo cariño a Portugal por haber nacido allí, pero realmente solo he ido de vacaciones y ya en edad adulta.

¿Cree que deberían pedirle perdón a la gente por lo que les están haciendo sufrir esta temporada?

Cuando estás en una situación difícil en la que no ganas y no puedes darles alegrías a la gente que paga su abono, te sientes en la obligación de, más allá de demostrarlo en el campo, decirles que lo sientes mucho. Las cosas no están saliendo pero no queda otra que seguir trabajando e intentar sacar el máximo de puntos posibles. Les pido que tengan mucha paciencia, más incluso de la que ya están teniendo para soportar esta situación tan jodida que nos ha tocado vivir como sociedad con la crisis sanitaria y que traten de disfrutar al máximo. Tengo unas ganas terribles de hacerlo todos juntos en La Romareda.