Por contrato no podía jugar el viernes ante el Zaragoza, pero es que además vio la quinta amarilla el pasado fin de semana. ¿Dónde verá el partido?

Era una fecha especial para mí, sin duda, pero ya sabía que no iba a poder jugar por primera vez contra el Real Zaragoza porque ya me lo dijeron cuando llegué al Logroñés, así que me tocará verlo desde la grada. Al menos, eso es lo que voy a buscar porque intentaré viajar con el equipo para saludar a gente a la que tengo muchas ganas de ver.

¿Por ejemplo?

No solo compañeros, sino a fisios, médico, Belsu (Alberto Belsué, el delegado)...Cuando llegué al primer equipo el año pasado me acogieron muy bien y entablé una gran relación con todos. A alguno he podido ver en alguna visita fugaz a Zaragoza.

Quién le iba a decir en verano que a usted le iba a ir tan bien y al Zaragoza tan mal.

Es verdad. Salí de la plantilla buscando un equipo con otros objetivos y que era un recién ascendido, por lo que la aspiración era la permanencia. El Zaragoza, teóricamente, iba a luchar por ascender, pero ahora, a punto de terminar la primera vuelta, está en una situación nada buena y nosotros en mitad de la tabla.

Diez puntos de diferencia entre ambos equipos. ¿No son demasiados?

La distancia es amplia. En esta categoría si coges una buena dinámica logras salir rápido de abajo y auparte a la zona cómoda, pero también pasa al revés y, si no puntúas, te metes abajo.

Supongo que está en contacto con sus compañeros. ¿Qué le dicen acerca de lo que está pasando?

Hablo con varios de ellos casi a diario, les pregunto pero tampoco saben por qué está sucediendo todo esto. Cuando entras en una mala dinámica todo va mal, aunque ellos aseguran que trabajan igual que cuando ganaban el año pasado. Muchos son los mismos que entonces y demostraron que se podía estar arriba, pero cuando las cosas no salen llega la frustración y no sabes dónde está el problema. Desde luego, no es falta de actitud, ni de talento. Están con frustración y rabia.

¿Y usted, cómo lo ve?

He visto todos los partidos y creo que cuando se entra en una dinámica negativa y todo va en contra cuesta un mundo hacer gol y, cuando lo haces, parece que el rival te va remontar enseguida. Son sensaciones que se tienen en el campo y que son difíciles de controlar. Pensamientos negativos.

Un problema mental, pues.

Sin duda. El año pasado, con muchos de estos jugadores, llegamos segundos al parón. Deben intentar darle la vuelta a la situación y volver a creer en ellos. Si es así, seguro que llegarán los ansiados resultados.

Tres entrenadores en la primera vuelta. Mal asunto.

Cuando hay tantos cambios es porque algo no va bien. Cuando el árbol se mueve tanto, algo no está funcionando.

Como para arrepentirse de haberse ido...

Estoy encantado con la decisión que tomamos, pero admito que no esperábamos esta situación. Mi idea no era salir, sino jugar en el Zaragoza, pero al acabar la temporada me comunicaron que, seguramente, no iba a contar con minutos y que lo mejor era salir cedido para seguir creciendo. Tenía varias propuestas y me decanté por el Logroñés sin saber que iba a salir tan bien. No me arrepiento para nada.

¿Cuánto le duele el Zaragoza?

Mucho. Me preocupa y me da miedo porque es una situación delicada, por los años que llevamos en Segunda y por lo que significa estar ahora en puestos de descenso. Yo tengo contrato y debo volver a Zaragoza al final de temporada, pero, aunque no fuera así, me preocuparía muchísimo por lo zaragocista que soy. Es normal que al principio tarde arrancar, pero ahora la Liga se encuentra ya mucho más avanzada y cuesta mucho sumar y el Zaragoza necesita hacerlo de tres en tres.

¿Cree que hace falta una profunda remodelación de la plantilla este mes o con lo que hay y algún ajuste sería suficiente?

Siempre creo en los que están porque ellos estuvieron arriba el año pasado. Pudiera ser que se reforzara alguna posición por falta de efectivos o por aumentar la competitividad y, además, tampoco sé si las remodelaciones son efectivas porque, si lo fueran, las harían todos aquellos equipos a los que no les salen las cosas.

¿El Zaragoza pidió al Logroñés romper la cesión para que usted volviera ya?

Cuando llegué me dijeron que había una cláusula de repesca en Navidad por la que podría volver a Zaragoza en función de algunas circunstancias, pero las tres partes debían estar de acuerdo. Y tengo entendido que el Zaragoza no ha ejercido ese derecho ni nadie del club me ha dicho nada.

¿Qué Logroñés veremos en La Romareda?

Un equipo que, sobre todo, derrocha ganas y competitividad. A eso es difícil que alguien nos gane. Otra cosa no, pero esfuerzo y correr durante todo el partido es algo que tenemos grabado a fuego y la base para sumar en cualquier campo.

¿Cuál será la clave de un partido dramático para el Zaragoza?

Creo que será un duelo muy disputado en el que los dos intentarán tener el control. La clave estará en las áreas y en cualquier detalle. Es cierto que a los dos equipos nos ha costado hacer gol y esa efectividad será determinante.

Francho, Francés y Azón son de lo poco positivo de esta temporada. ¿Cómo valora su irrupción?

Una vez más se demuestra que la cantera del Real Zaragoza responde con nota cuando se le da la oportunidad. De nuevo, hay una remesa de jugadores que están demostrando que pueden estar ahí y estoy orgulloso de ellos. Tienen un enorme talento.

Vallejo, Soro, Guti... y si el próximo en ser vendido es Clemente?

No sé. Hasta junio queda mucho. Yo tengo contrato con el Zaragoza y mi idea es jugar con mi equipo. Como ha sido siempre.

¿Y su sueño?

A corto plazo lograr la salvación y, cuando acabe la cesión, volver al Zaragoza. Mi sueño es regresar con él a Primera división. Volver a intentarlo.