Cuando el Zaragoza abandonó de forma definitiva las opciones para el lateral diestro de Jordi Calavera (Eibar) y Pipa (Espanyol) se lanzó a por Carlos Vigaray y ahí tuvo una ayuda decisiva en un exzaragocista, criado en la Ciudad Deportiva y uno de los capitanes del Deportivo Alavés. Laguardia descolgó el teléfonó ante las llamadas de Lalo y de Víctor, que le pidieron que les echara una mano para convencer a su excompañero los tres últimos años, al que llamó para terminar de ayudarle a decidirse por el Zaragoza.

«Carlos me pidió consejo sobre todo del club y de la ciudad y le animé a ir allí. Me alegro de que vaya a mi tierra, a mi casa. Y el Zaragoza me pidió que hablara con el chico para intentar convencerle porque era una operación difícil al tener cosas del extranjero y también estaba el Mallorca», comenta el central alavesista, que inicia su sexta temporada en el club vitoriano. «Salió todo bien gracias al trabajo de ellos y a la predisposición de él. Es un gran fichaje y así se lo dejé ver cuando me llamaron tanto la dirección deportiva como Víctor».

Conoce muy bien Lagu a Vigaray, al que le une también una buena amistad. «Es un futbolista muy completo defensiva y ofensivamente y pese a su juventud (24 años) lleva muchas temporadas en Primera en el Getafe y en el Alavés», reseña, para eludir la consideración de que sea un lateral que solo destaque por su fortaleza atrás: «Que sea físico no quiere decir que sea defensivo. Su mejor cualidad es ser un portento que está subiendo y bajando la banda todo el partido. Se deja todo y es un guerrero que sabe defender bien, pero también se suma al ataque con peligro».

De hecho, Vigaray ha tenido grandes momentos en sus tres temporadas en el Alavés, sobre todo el primer año que llegó, siendo importante en muchas fases de la Liga y jugando la final de Copa de titular. «En el Alavés ha jugado de lateral izquierdo también y de central con línea de cinco. Es completo y polivalente, pero destaco sobre todo la condición física y la entrega que pone, porque son espectaculares».

Las dos últimas temporadas ha jugado menos en Vitoria porque siempre ha tenido dura competencia en el lateral derecho. Kiko Femenía en el primer año, después la irrupción de Martín Aguirregabiria y en el último curso la llegada de Ximo Navarro. Además, en su segundo año, tuvo un contratiempo en forma de lesión. «Tuvo ese problema al principio de la segunda temporada que le hizo perderse un tramo importante hasta que le detectaron la causa con las pruebas. Cuando le encontraron ese edema óseo reapareció y lo hizo al mejor nivel. Esta Liga ha tenido la competencia de Martín y Ximo, pero no bajó los brazos y llegó su premio al final, en un tramo importante para el Alavés», resume Lagu. Y es que 5 de los 8 partidos que jugó en la Liga fueron en las 5 últimas jornadas.

AL ESTILO DE DIOGO

«Va a gustar mucho en La Romareda y se va a hacer importante. Por comparar un poco es un estilo a Diogo», aclara el central zaragozano, que destaca también los valores del futbolista fuera del campo. «Tengo muy buena relación con él y en los momentos más duros nunca puso una mala cara, siempre trabajó al máximo. Estoy segurísimo al 120% de que va a ser un jugador muy destacado en el Zaragoza y en Segunda. Y creo que también acierta él al elegir ese destino, porque va a un gran club a intentar luchar por el objetivo de volver a Primera».

Laguardia cumplirá 30 años en noviembre y dejó el Zaragoza en el 2014, aunque el sentimiento sigue ahí. Este curso, con Víctor, al que conoce porque subía en algún entrenamiento cuando era juvenil y estaba el técnico zaragozano en las temporadas 06-07 y 07-08, espera que sea el del ascenso: «Están haciendo un buen equipo y tener a Víctor es un lujo para el club y para la afición por todo lo que ha representado. Hasta a mí cuando hablo con él me sigue poniendo la piel de gallina. Ojalá este sea el año, lo deseo de corazón», asegura, sin descartar que aún la puerta zaragocista se le vuelva a abrir a él: «Eso es futuro y bastante tengo con el presente. Siempre he dicho que sería algo especial por todo lo que he vivido allí. Nunca cerraré la puerta a regresar un día».